Nos separamos cuando nos quedamos sin aire. Nos miramos a los ojos, y ambos sonreímos. Mi expresión cambió totalmente al ver su nariz y su ceja sangrar.
-Madre mía, estás sangrando.- dije preocupada.
-No importa, estoy muy bien aquí.- Me abrazó y me besó la frente.
Reí
-Pero tendré que curarte eso, se te infectará.
-De acuerdo, pues vamos a mi casa.
*En casa de Rubius*
Cogí el botiquín, y cuando me giré, Rubius estaba en el sofá sentado con una amplia sonrisa en su rostro ensangrentado por las heridas. Me senté encima suyo poniendo mi cara en dirección a la suya.
-Para joder, que así no se puede- dije riendo mientras Rubius me besaba.
-Es que no puedo, es culpa tuya por ser demasiado irresistible- se mordió el labio- por cierto, vas preciosa.
Sus manos bajaron directamente de mis caderas a mi trasero, y empezó a toquetearlo.
-¡Auch! ¡Me haces daño!- dije estallando en carcajadas- ten cuidado, que no estás amasando pan.
-Vale vale, ¿te quieres quedar a dormir?
-Mmm, no sé, Sara se preocupará.
-Veeengaaaa porfaaa porfaporfaa- dijo cual niño pequeño.
-Está bien, pero no haremos nada, ¿de acuerdo?
-Mmm vale.-dijo, decepcionado (?)-por los menos domiras a mi lado-puso cara de violador del bosque-mi muyayita dormirá conmigo, ENVIDIADME BITCHES.
Comencé a reírme muchísimo por su comentario, joder, como me gustaba este chico.
-Ey, se me olvidó, no tengo pijama :S- dije triste.
-Puedes dormir desnuda si quieres- puso cara pervertida.
-Mmm, no. ¿Me dejas una camiseta tuya?
-Claro muyaya.- Abrió un cajón y sacó de el una camiseta negra. Fui a cambiarme al baño.
-¡Puedes cambiarte aquí! Se escuchó desde la habitación.
-¡Pronto pequeño saltamontes, pronto!-Dije riendo.
Madre mía, su camiseta me quedaba como un vestido, ¿cuanto media ese chico?
Pocos minutos después entré de nuevo en la habitación con mi vestido en la mano.
-Joder muyaya, acabas de ponerme palote.-Me limité a mirarle con una media sonrisa.
-¿Vienes?-Dijo señalando el hueco vacío de su cama con una amplia sonrisa.
-Claro.-Sonreí.
Me tumbé a su lado y le di la espalda, a lo que el me abrazó por detrás y me juntó mucho a él. Yo sonreí.
-Hasta mañana muyayita
-Hasta mañana Rubius