Narra _____
Estaba durmiendo cuando llamaron a la puerta. Me levanté adormecida y abrí.
-Disculpe; ¿La señorita _____?
-Sí, soy yo.
-Necesito que firme aquí.- me mostró un papel.
-Por supuesto.- dije y trás firmar me entregó una carta y se fue.
Me senté en el sofá y la abrí.
"Querida señorita _____
Hemos estimado que gracias a sus estupendas notas y su gran trabajo usted tendrá el placer de acabar sus dos últimos años de carrera en Londres, con todos los gastos pagados. Tan solo debe llegar a Londres antes de la próxima semana y presentarse en la dirección adjunta. Nuestra universidad estaría encantada de tener allí a alguien como usted, así que le rogamos que lo piense detenidamente.
Un saludo"Dejé la carta encima de la mesa aún sin poder creermelo. ¿De verdad iba a ir yo a Londres? Por supuesto que aceptaría.
Corrí a contárselo a Sara.
-¡Felicidades cielo!- dijo y me abrazó.
-Esoh, felicidadeh petardah.- sí, Mangel estaba con ella. -Oyeh, se lo ha dichoh a Rubiuh yah?
La sonrisa pronto se borró de mi cara. ¿ahora como se lo digo a Rubius? Si me voy no podremos volver a tener ninguna relación...
Llegué enfrente de si piso y timbré. Me abrió sonriente y me agarró por la cintura para besarme, pero lo aparté.
-¿Que te pasa?- preguntó preocupado.
-Me voy.- dije al borde del llanto.
-¡¿CO-COMO QUE TE VAS?! ¿A DÓNDE?
-A Londres. Dos años...- dije y empecé a llorar.
-¿Por qué?- alcanzó a decir antes de comenzar a llorar.
-Me han dado una beca, para terminar mis estudios.
-¿Me vas a dejar?- dijo con los ojos llorosos.
-Sabes que no creo en las relaciones a distancia Rubius.
-Me vas a dejar...- se llevó las manos a la cara y empezó a llorar de nuevo. Yo intenté abrazarle pero me apartó.
-¿Cuando te marchas?- dijo seco.
-Mañana por la mañana- dije y agaché la cabeza.
-Pues es mejor que vayas a hacer tus maletas, no te entretengo más.- me cerró la puerta en la cara.
Me derrumbé. ¿Como he podido hacerle esto a Rubius?
*Al día siguiente*
-¿Puedo pasar?- preguntó.
-Claro.- dije mientras me secaba las lágrimas y acababa de guardar las últimas prendas en mi maleta.
-Te voy a echar de menos guapísima.- me sonrió.
-Y yo a ti.- la abracé.
-¿Seguro que no quieres que te acompañe al aeropuerto?
-Seguro. Prefiero ir sola.
Me despedí de mis demás amigos y me marché a cojer el avión que me llevaría a Inglaterra.
Cuando llegué al aeropuerto quedaba poco para el despegue de mi aerolínea, así que tragué saliva y aceleré el paso.
Iba mirando al suelo hasta que me choqué con alguien.
-Lo siento muc...- dije mientras levantaba la cabeza. -¡Rubén!
-_____. He...he venido a despedirme, ya sabes.
-Claro.- reí.
-Escuchame.- se puso serio. -No quería hacer eso ayer...es que me enfadé mucho. Con lo que me constó conseguirte y ahora te pierdo, soy un imbécil.-rió. -Por ti tendría una relación a distancia el tiempo que hiciese falta, pero tú no quieres...así que _____; si cuando acabes la universidad decides volver, aquí estaré para ti. Creo...creo que te esperaré siempre. Y no quiero que me digas que me busque a alguien mejor, porque no hay nadie mejor que tú pequeñaja. Tú me has echo mejor. Tú pusiste mi mundo patas arriba. Mi mundo era ordenado, calmado y controlado, hasta que llegaste tú con tus comentarios inteligentes, tu inocencia, tu belleza y tu tranquila temeridad y todo lo que había antes de ti empezó a parecer absurdo, vacío, mediocre... Ya no era nada.
Y me enamoré.- susurra.
No controlé mis ganas de llorar y lo abracé, pidiéndole disculpas.
-Lo siento tanto...- dije besando cada parte de su rostro. -Siento tanto hacerte esto joder.- lloré más.
-No llores mi vida, todo va a estar bien.- dije con la voz apagada.
-Por favor pasajeros de la línea 4, embarquen por la puerta 3.
-Yo...debo irme.- dije y me alejé de él dándome la vuelta.
Me agarró del brazo y me jaló a él haciendo que me girase de nuevo.
-Don't be sad, ¿okay?- me sonrió.
-Quiero que tengas presente siempre una cosa.-¿El que?
-Te amo.
Me besó apasionadamente. Parecía eterno.
Nos separamos tras la segunda llamada del interfono con respecto a mi vuelo.
Nos dedicamos unas miradas tristes el uno al otro y sonreímos.
Me dirigí a la puerta de embarque sin mirar hacia atrás.
¿Estaría haciendolo bien?