Me pasé toda la noche en la sala de espera, pues no me dejaron entrar ya que Rubius estaba en el quirófano y le estaban haciendo unas pruebas.
-¿_____?- un doctor entró en la sala.
-Sí.- me levanté.
-El Señor Doblas está bien, ha sufrido varios golpes fuertes en la cabeza pero se recuperará, en unas horas le daremos el alta, puede pasar si así lo desea.
Asentí.
Me dirigí a la puerta de la habitación ahora abierta y la cerré al pasar. Me acerqué a él. Tenía un montón de moratones en la cara y en el cuerpo que tenía destapado, el cual fue el que yo pude ver en ese momento. Me acerqué a su oreja.
-Rubius...- susurré.
Vi como lentamente iba abriendo los ojos.
-_____-sonrió levemente antes de quejarse por el dolor que esto le causaba.
-Rubius.- mi cara se tornó enfadada, lo cual le sorprendió.- ¿Tu eres tonto o que?- abrió los ojos como platos.- ¡No me mires así! ¡Mira como estás por no acerme caso e irnos de allí antes de que enpezarais a pegaros! ¡Podría haberte matado! ¡...- me calló con un beso.
-Lo-lo siento.- musitó.- Pero no puedo soportar la idea de que estés con alguien más, y que ese tío me dijera esas cosas...me cabree mucho. Yo solo quiero protejerte.
-Podías haberme protegido yéndonos de allí.
-Lo sé, y lo siento...
-¿Sabes que hoy ya te dan el alta?- me puse de pie (ya que antes estaba agachada a su lado).
-Sí.
-¿Que quieres hacer?
-¿Hacer de que?
-Hoy será nuestro tercer día en el hotel. ¿Quieres volver a Madrid a quedarte hasta mañana?
-Prefiero quedarme contigo.- sonrió levemente.
-¿Crees que es lo mejor para ti?
Asintió.
-Lo es.
-------------
Volvimos al hotel y le dejé durmiendo en la cama. Estaba enfadada con él. Mucho. No debió hacer eso, pudo haberle pasado algo muchísimo más grave. Y yo no me lo hubiese perdonado.
-¡Muyayaa!- oí decir.
-¿Sí?- entré en la habitación.
-Tengo mucha hambre. ¿Me pides algo?
-Claro.- dije fría.
----------
Le llevé la comida a donde estaba ya que él tenía que guardar reposo en cama.
Se la dejé en la mesita de noche, y cuándo estaba a punto de irme me llamó.
-_____.
Me giré.
-¿Que quieres ahora?- dije molesta.
-Escucha.- su voz se notaba preocupada.-Se que estás muy enfadada conmigo pero te lo voy a compensar, ya lo verás...
-No creo que puedas.
-Lo haré.
-De acuerdo. ¿Quieres algo más?
-Sí. A ti.