Eran sobre las 8 de la tarde cuando recibí una llamada.
*Conversación telefónica*
Xx:Disculpe, ¿es usted _____?
______: Sí, soy yo. ¿Que ocurre?
Xx: Le llamamos desde el hospital ___ para informarle que Rubén Doblas ha tenido un accidente. Usted salía de primera en su organizador de llamadas, por eso hemos comunicado con usted.
______: Pero ¿como? ¿que ha pasado?- dije al borde del llanto-
Xx: ¿Podría venir usted a verle?
_____: Por supuesto, ahora mismo voy.
*Fin de la conversación telefónica*
Salí corriendo como alma que lleva el diablo sin siquiera decírselo a Sara. Era demasiado importante y no podía esperar.
No esperé el ascensor, y bajé 7 pisos de escaleras corriendo como si me fuese la vida en ello.
Tropecé bajando al metro, pero continué corriendo. Me senté en un asiento y estallé a llorar.
¿Que le había pasado a Rubén? ¿Por que estaba en el hospital? Joder, ese puto médico no me había dicho nada.
Narra Rubius
Por fin he terminado de grabar. Vaya coñazo, este juego no me gustaba nada. Pero tenía que hacerlo por mis seguidores.
Me tumbé en la cama a pensar. A pensar en _____.
"-¿Yah soih novioh?- esa pregunta me pilló desprevenido.
-Eh...no.
-¿Comoh que noh?
-No, Mangel. ¿Que pasa?
-Entonceh tieneh total libertah de enrrollarseh con quien quierah"
Las palabras de Mangel resonaban en mi cabeza. ¿De verdad _____ seria capaz de irse con otro? No lo creo, ¿verdad? Ella me quiere. Ella no me haría eso.
-¿Por que no le pides salir?
-¿Y tú quien eres?
-Soy tu conciencia Rubius. Y vengo a decirte que debes hacer.
-¿Crees que debería pedirle salir a _____?
-Pues claro, ya deberías haberlo echo.
-De acuerdo, lo haré.
Más animado que nunca, salí por la puerta dispuesto a ir a casa de _____ a pedirle que sea mi novia.
-Oye ____, ¿tu querrías...? no joder, muy gay.- hablaba solo por la calle.
-Me preguntaba si querrías...- decía antes de ver que un coche que no había visto se dirigía peligrosamente hacia mí.
-_____...-pude decir antes del caer desmayado por el impacto.
Narra _____
-Joder, ya no puedo correr más, ¡¿donde cojones está el hospital?!- grité en medio de la calle.
Unos minutos de carrera después logré llegar. Entré, corriendo.
-Rubén Doblas- dije jadeante a la recepcionista.
-Mmm, habitación 312.
-Muchas gracias- pude decir antes de salir corriendo.
-309, 310, 311... ¡312! Por fin.
Tras haber abierto la puerta, mis ojos se llenaron de lágrimas.
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-¡Rubius!- grité corriendo a su cama.
-No te oye chica- dijo un médico tras de mí- está sedado, recibió un golpe muy fuerte.
-¿Se pondrá bien?- dije llorando
-Sí, pero necesita reposo. No sé en que estaría pensando ese chico para no ver que aquel coche se dirigía hacia él...-dijo antes de irse.
