Me traje a Rubius a mi casa para que no estuviese sólo, ya que Mangel estaba de viaje y Sara se había ido a visitar a su familia.
-Ve a mi habitación a descansar, lo necesitas.-le dije mientras cerraba la puerta.
-No sin ti- se mordió el labio, me agarró de la cintura y empezó a besar lentamente mi cuello.
-estallando en carcajadas- ¡Par..para ya por favor! ¡Me haces cosquillas!
-Mierda, pues lo estoy haciendo mal. Yo lo que quería era ponerte cachonda.-dijo desanimadamente soltandome de su agarre.
-Eres un idiota.
-Tu idiota.
-Sólo mío.-reí.
Nos besamos por un largo rato.
-¿Puedo ir a jugar algún videojuego?- preguntó Rubius haciendo un puchero.
-Claro.-contesté- están en mi habitación.
-Gracias- me dió un pico y se fue corriendo.
Estuve un bueno rato haciendo un par de cosas cuando llamaron a la puerta.
-Que raro, ¿quien será?- me pregunté.
Me dirigí a la entrada.
Abrí la puerta.
No podía creeerlo.
-¿Diego? ¿Pero que haces tu aquí?
-Hola preciosa.-se acercó a mi- ¿me echaste de menos?- dijo sujetando mis caderas y acercando su boca a la mía.
-Emm, no, y creo que deberías irte- dije intentando escabullirme, pero me retuvo.
-¿A dónde te crees que vas?- dijo desafiante.
-Fuera de tu lado- dije cabreada- ahora vete de mi casa.
-No pienso hacerlo.-dijo sonriendo.
-¡Vete de mi casa!
-¡No! Tú me dejaste tirado, y ahora volverás a ser mía.- se mordió el labio.
-¡Alejate de mi, asqueroso! ¡Rubén!
-¿Rubén?- rió.- ¿ya me has substituido?
-¡RUBÉN, AYÚDAME!
-¡CÁLLATE ZORRA!
Narra Rubius
-Que extraño, me ha parecido oír a _____ gritar mi nombre. Sería mi imaginación.
-¡CÁLLATE ZORRA!
-¿Que cojones? ¿Que estaba pasando?
Salí corriendo hacia el salón y cuando llegué vi a _____ siendo sujetada bruscamente por un tío que no conocía, él intentaba besarla pero ella se apartaba, y cada vez que quería gritar mi ayuda le tapaba la boca. Me cago en la puta, estaba muy enfadado. ¿Quien se creía para hacerle eso a mi chica?
-Sueltala, hijo de puta.- les aparté- ¿tú quien coño eres y que te crees para estar tocando a mi chica?
-Soy Diego, y vengo a por lo que me pertenece.- señaló a _____.
-Ella es mía, y no pienso dejar que la toque un gilipollas como tú.
-Hace poco tiempo no se quejaba de que la tocase. ¿Verdad, _____?
-¿De que coño habla _____?-le pregunté.
-Ah, ¿que el señorito no lo sabe? Pues _____ era mi novia, pero me dejó para venirse a vivir aquí. Y ahora he venido para llevarmela conmigo, como corresponde.
-Ella no se va a ningún lado.- dije, lo más cabreado posible.
-Al final iba a acabar haciéndote lo mismo que a mí-sonrió- es una zorra.
-¡RETIRA ESO HIJO DE PUTA!- ya me había hartado.
Lo empujé contra la pared y empecé a golpearlo.
-¡NUNCA!- me devolvió los puñetazos- ¡es una puta, y merece ser castigada!
-¡RETIRA ESO AHORA MISMO!- me hervía la sangre- ¡RETIRALO AHIRA MISMO SI NO QUIERES QUE TE MATE!
-No pienso retirar la verdad.- otro golpe.-
Estuvimos un largo rato de pelea, ambos sangrabamos, pero yo le iba ganando.
En el momento en el que vi que él ya no podía más lo cogí, y lo eché fuera.
-¡NO QUIERO VOLVER A VERTE ACERCARTE A _____! ¿ME OISTE? COMO TE ATREVAS A TOCARLE UN PELO TE ARREPENTIRÁS, HIJO DE PUTA.- lo estampé contra la puerta del ascensor y cerré de un portazo.
Me giré. -¿_____? ¡_____!
Bajé la mirada. Estaba sentada en posición fetal llorando. La cogí en brazos y la llevé a su cuarto. La tumbé en la cama y empecé a besarla.