No dijo nada. Me miró sorprendida y la expresión de su cara se tornó a una más amable. Noté como se sonrojaban sus mejillas y su cara empezaba a tornarse roja. Agachó la cabeza y arrastró su zapatilla por la acera, haciendo pequeños círculos.
Levantó la cabeza y abrió la boca para decir algo, pero al segundo se calló y volvió a agacharla.
-No sabía que podía ponerte tan nerviosa muyaya.- sonreí tras mi triunfo.
-Sigo enfadada.- dijo mirando a si derecha con media sonrisa en sus perfectos labios.
-Dime que quieres que haga para que dejes de estarlo.- dije convencido. -Lo que sea, lo haré.
-Prometeme que no harás lo mismo que David.- su expresión era triste.
Me cabree. -¿David? ¿Me estás comparando con ese gilipollas? ¡¿Crees que de verdad yo te engañaría?!
-Rubius, tranquilizate.
-¡No pienso tranquilizarme!- estallé. -¿Por qué me nombras a tu ex ahora tan de repente?- entorné los ojos. -¿Es que lo has vuelto a ver?
Me miró con los ojos cristalizados. Se me rompió el alma al verla llorar.
-¿_____?- agachó la cabeza. -Dime lo que te dijo ese hijo de puta y le partiré la cara...
No hubo respuesta.
-¿Cuando fue?- pregunté resignado.
-Hace dos semanas.- no separó su vista del suelo.
-¿Por qué no me lo contaste _____?- agarré su cara con mis dos manos, obligándola a que me mirase a los ojos.
-No quería que te enfadaras...- comenzó a llorar. Apoyé su cabeza contra mi pecho y la abracé. Sentí mi camiseta más y más mojada a medida que ella lloraba cada vez más.
-No llores más por favor- dije aferrándola más a mí. -Las princesas no lloran...
La cogí en brazos y la llevé a mi casa, en la calle no íbamos a solucionar nada. Llegamos rápidamente y la transporté hasta mi habitación, donde la tumbé en la cama.
-____- dije mientras acariciaba su cabello a medida que dejaba de llorar. -Mirame. -Levantó la vista, yo estaba sobre ella. Tragué saliva.
-¿Aun estás enamorada de él? ¿Es ese el por qué de todo esto? ¿Querias buscar una escusa ingeniosa para dejarme y volver con el?- me desesperaba vez que no contestaba. -¡RESPÓNDEME JODER!
Empezaron a caer pequeñas lágrimas de mis ojos, miré al techo mientras pasaba mis manos por mi cara.
-Claro que no. Te dije que nunca volvería con alguien que me ha engañado, ¿recuerdas?- me miró sonriente. David sólo fue a mi casa para pedirme perdón, nada más.. Quedamos como conocidos pero no te dije nada por qué sabía que te pondrías celoso y te enfadarías. Pero sólo te quiero a ti.
Yo también hice un amago de sonrisa y me acerqué a ella. Besé su frente, su nariz, su mejilla y seguidamente sus labios.
Nos separamos para cojer aire y volví a tumbarme encima suya.
-Quiero que sepas- le decía entre beso y beso -que eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Cuando vi un vídeo tuyo por primera vez...me enamoré de ti, ¿sabes? Eres tan perfecta..- sonreí pasando mi dedo por sus labios y mordiendo los míos. -No quiero que te alejes de mi nunca. ¿Me lo prometes?
Sonrió y me abrazo.
-Sólo si tu me prometes saber apartar a la chicas de ti. -pasó su dedo índice por mi cuello.
-Te lo prometo.
Comencé a besar su cuello mientras ella soltaba pequeños gemidos, nuestra ropa empezaba a sobrar.
Desabroché torpemente su camisa, deseoso por contemplarla. Me ayudó a quitársela y desabrochó mis pantalones, bajándolos poco a poco.
Yo bajé la cremallera de su falda y ella quitó mi camiseta.
Nos besábamos apasionadamente en ropa interior, apretaba mi erección contra ella haciéndola gemir.
Le quité toda la ropa que le quedaba, me separé un poco para observarla y besé todo su cuerpo. Entré en ella suevemente, sin hacer movimientos bruscos.
Soltaba pequeños gemidos de placer que hacían que me excitara, mis embestidas aumentaban cada vez más. De una última embestida ambos llegamos al clímax y nos separamos jadeantes.
La tapé con las sábanas volviendo a observar todo su cuerpo, ella me miraba sonriente.
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Cuando desperté _____ no estaba a mi lado. Me entristecí pensando que se había ido sin avisar. Me levanté y me puse los calzoncillos, dirigiéndome a la cocina. Cuando llegué vi a _____ miranrme sonriente con unas tortitas encima de la mesas.
-Me desperté y estabss completamente dormido. No te quería despertar así que vine a desayunar y te hice esto. Hace poco que aprendí a hacerlas, no sé si te gustarán.- dijo con cara seductora.
-¿Que si me gustan? ¡Me encantan! Pero no más que tú.- le di un apasionado beso que casi la hizo caer de la silla en la que estaba sentada y a continuación comencé a comer como si llevase años sin hacerlo.
-Te quiero.- decía entre bocado y bocado.