Desperté con la cabeza apoyada en el pecho de Rubius, él tenía una de sus manos al rededor de mi cintura pegandome a él.
-Buenos días muyaya
-Buenos días- dije desperezandome
-¡Venga levanta que ya son las 12!- me destapó dejando al descubierto todo mi cuerpo desnudo.
-¡Que haces! ¡Sabes que no llevo ropa joder!- volví a taparme.
-No hay nada que no haya visto ya.- Me mostró una amplia sonrisa.
Me sonrojé. -Cállate.- tapé mi también mi cara con las mantas.
-Pero levantate ya- me movió de un lado para otro.
-Dejame dormir un rato más- me hundí aún más en las mantas.
-Pero vamos a desayunar.- hizo un puchero.
-Venga vale.
Me puse su camiseta y él unos calzoncillos y nos dirijimos a su cocina. Desayunamos que que nos gustó de lo que había por ahí, y fuimos a ver la tele.
-Me tengo que ir.- dije y me levanté del sofá.
-Tú no te vas.- dijo y me agarró haciendo que volviese a sentarme, pero encima suyo y envolvió sus piernas al rededor mío, sujetándome.
-¡Rubén, sueltame! ¡Me tengo que ir!
-He dicho que no te vas.- dicho esto me cogió en brazos y me llevó a la habitación dejandome sobre la cama y tumbándose encima de mi, apoyando todo el peso sobre sus brazos para no ponerlo sobre mí.
Empezó a besarme el cuello y a quitarme de nuevo la camiseta, observando cada parte de mi cuerpo.
Sí, hubo salseo.
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-Ahora sí que ya me voy.- dije empezando a vestirme.
-¿Segura que no quieres quedarte?
Sonrió pervertidamente y se mordió el labio.
-Segurisima- dije sonriente- Sara va a preocuparse por mí.
-¿Pero nos veremos pronto verdad?
-Claro que sí.- me acerqué a él y le besé, luego me fui para mi piso.
Al llegar, Sara salió corriendo de su habitación a mi encuentro con una cara bastante preocupada.
-¿Te pasas dos semanas sin salir de casa y cuando lo haces no me avisas? ¿Pero a ti que te pasa?
-Tranquila, tengo coartada.
-Sorprendeme.
Le conté todo lo ocurrido y se quedó con la boca abierta.
-¿Entonces volviste con Rubius?
-Sí.
-¡Genial! Y otra cosa.
-¿Qué?
-¿Ya lo hicisteis?
-Esto..-me rasqué la nuca- em, sí.
-Ya era hora.- me guiñó un ojo.- ¿U como fue?
-No pienso contártelo
-Que aburrida que eres. Yo si tuviese vida sexual te la contaría toda con pelos y señales.- se cruzó de brazos y se hizo la ofendida. Yo reí.
-No te enfades.- la abrazé
-Bueno, pero solo porque eres tú.- sonrió- ¿y cuando volveréis a veros?
-Cuándo me llame. No hace ni media hora que nos vimos Sara.
-¿Y no lo echas de menos?
-Bueno...la verdad es que sí. Supongo que es lo que tiene que te guste alguien ¿no? Querer estar con esa persona todo el tiempo.
-Tampoco me substituyas eh.
-A ti nunca. - sonreí.