Capítulo cincuenta y dos.

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Holi! ¿Cómo andan? Les dejo un besito por acá.
Buen fin de semana y gracias por leerme<3 

Instagram: _marttinacastelli


Jessica.

Tomo una respiración honda mientras cierro la puerta detrás.

Trago saliva al pasar las manos sudorosas por mis prendas y las piernas me tiemblan, pero estoy segura de que no es por lo ocurrido allí dentro. Son nervios.

Los malditos nervios que delatan que la he cagado.

He metido la pata hasta el fondo.

El único sonido que escuchan mis oídos es el de los tacones contra el suelo. Ya es casi de madrugada, y nadie, a menos que sean las enfermeras, se encuentran por estos lados. Apoyo una mano contra la pared para intentar controlar mi respiración y cierro los ojos, soltando el aire acumulado.

Sé que la he embarrado. Sé que eso fue una... maldita locura, pero no estoy del todo arrepentida por haberlo hecho. Vi la única oportunidad que nunca más volveré a tener y la tome. La tome sin importar como me sentiría después.

Y la verdad es que ahora me siento como la mismísima mierda.

No por mi. No por lo que acabo de cerrar para siempre. No por haberle dicho adiós a mi primer amor.

Sino porque me he engañado todo este tiempo.

Y ahora, en el proceso, también he engañado a Loan.

Siempre he sido fiel y siempre también he sostenido el dichoso discurso de que si engañas a tu pareja, eres básicamente una mierda de persona. Nunca consideré hacerlo. Quito una lagrima que empieza a recorrer por mi mejilla de mala gana. No debería sentirme así, fatal. No debería...

Debo hablar con él.

Pero entre más me acerco lentamente a la sala de espera donde se encuentra la habitación de Sam, más me entra el pánico. Joder, que le he sido infiel. Me he follado al tipo que detesta. E incluso peor: le quiero. Siento mis pulsaciones acelerarse a medida que avanzo. Mi mente da vueltas. Todo parece girar alrededor y confundirme aún más. Cierro los ojos con fuerza y ahí aparecen mis gemidos, mi boca buscando la de Eric... ¿Cómo diablos puedo sentarme y explicarle lo que he hecho, sabiendo que voy a romper su corazón en el intento?

Madre mía. No sé que hacer ahora.

Soy una maldita inconsciente.

Y no tengo a nadie con quién hablar de esto. Max apenas me escuchará y no creo que sea momento de envolverlo en mis dramas, no ahora con su novia en un coma. No sería justo. Además, que también es mejor amigo de Loan, ¿cómo podría mirarlo a la cara después? Soy una persona horrible, de verdad. Mi lado razonable no para de decirme que la he liado. Que estoy complicada.

Pero mi lado desagradable, el lado al que todo le importa una jodida mierda, me dice que hice algo de lo que nunca, aunque esté mal, voy a arrepentirme.

Necesito hablar con alguien.

Alguien que no me juzgue. Que no me mire como si fuera lo peor del mundo.

Suspiro temblorosamente cuando llego a la sala de espera. También estoy sola aquí, las visitas no son hasta mañana por la mañana y no tenía sentido que alguno se quedara está noche.

Pego mi espalda a la pared y quito el móvil del bolso.

La pantalla se enciende, mostrando los mensajes que tengo pendientes de responder. Hay dos de Loan pidiendo que vuelva a casa y hablemos. Casa... ¿La seguiré sintiendo así en cuanto pise las cerámicas que tanto me gustan? Mi corazón se comprime hasta casi hacerme doler, pero no respondo. Ni siquiera sé como tratar todo esto con naturalidad cuando vuelva a la normalidad todo. Fingir que todo está bien.

DESTINOS ENCONTRADOS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora