Obteniendo el permiso

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Artemisa había dado la orden de que las cazadoras se quedaran en el campamento mientras Zöe estaba al mando. Artemisa sabía que algo malo podría pasar, lo peor podría ser que la obliguen a dejar al niño, pero también cabía la posibilidad de que lo matasen.

Ella se puso en marcha cuando todas terminaron el desayuno, con sus cazadoras a la espalda caminaron hacia el campamento mestizo.

Fue un paseo largo de una hora y media en el que las cazadoras hablaban de cualquier cosa mientras Percy estaba en el lomo de Selena sin que ninguna parte de su cuerpo estuviese a la vista del sol mañanero.

Después de la caminata llegaron al campamento donde Quirón los esperaba, Percy pensaba que ese ser era omnisciente y sabía siempre cuando algo iba a pasar. Cuando las cazadoras y Percy se adentraron al campamento, el niño miró a su espalda y vio como su madre hablaba de algo con Quirón, pero no le dio mucha importancia.

Percy fue escoltado por Zöe hasta la cabaña, allí por lo menos podría respirar un poco y quitarse por lo menos la capucha y la máscara. Ella sabía que las reuniones podían ser muy variable y podían durar o mucho o muy poco. Pero ella estaría al lado de Percy todo el tiempo que él necesite.

Pasaron gran parte del día dentro, pero Percy era un niño pequeño y no podía estar encerrado dentro de una habitación todo el tiempo por lo que Zöe fue considerada y salió con él para que pudiese explorar un poco el campamento.

Los campistas miraban un poco raro al niño pero decidieron no meterse en el camino de las cazadoras ya que prometían dolor asegurado. Pero si hubo alguien que quiso acercarse haciendo que Zöe se pusiera en medio.

- ¿Qué quieres hombre? - Dijo esta como si el sustantivo hombre fuese el peor insulto que había en el mundo.

- Solo quería hablar con... ¿él? - Dijo Luke señalando a Percy detrás de Zöe. - ¿Sé que fue el que salvó a Annabeth y me gustaría agradecerlo.

Zöe miró a Percy un rato en busca de una respuesta, pero siguió la indicación de Artemisa de no hablar bajo ningún concepto, pero le dio un asentimiento a la chica.

- Él acepta el agradecimiento. - Dijo Zöe con tranquilidad mientras Luke los miraba con confusión ya que no sabía por qué no hablaba. - ¿Sucede algo? - Dijo de nuevo alzando una ceja.

- ¿Por qué no habla por si mismo? - Preguntó el semidiós.

- En estos momento no puede hablar por orden de nuestra señora. - Dijo la cazadora confundiendo más al semidiós.

- Vale, pues te preguntaré a ti una cosa. - Dijo Luke tranquilamente. - ¿Qué es?

Ante esa pregunta Zöe abrió los ojos, ella no se esperaba esa pregunta, por lo que respondió como pudo sin dar sospechas.

- Es de raza humana, pero no vamos a indagar más en ese tema. - Dijo Zöe para luego agarrar la mano del niño y marcharse del lugar dejando atrás a un Luke confundido y contrariado por como había terminado la conversación.

En el Olimpo.

Artemisa había sido llama al Olimpo por supuestas acusaciones de haber fallado a su promesa. No iba a mentir, ella estaba nerviosa por primera vez en su vida cuando llegaba a una reunión.

En el momento que llegó se esperaba encontrarse con Dioniso ignorando a su familia mirando una revista de vinos haciendo que su impaciencia por terminar con si castigo aumentase, Hefesto preparando una trampa o algo para Ares y Afrodita, estos últimos tonteando un poco dando asco y a Apolo y a Hermes jugando a alguna tontería, pero no. Cuando llegó todos la estaban mirando seriamente, solo había dos que no la miraban de forma acusatoria que eran Apolo y Poseidón.

Hijo de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora