Un mandado importante

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La empusa estaba delante de la jauría de lobos. Todos ellos estaban preparados para saltar a por ella, pero sus palabras le hicieron pensar al alvino. Los monstruos siempre habían sido cazados solo por ser eso, monstruos, además se alimentaban de semidioses y humanos según los mitos, pero no sabía si los que tenían la suficiente inteligencia como para razonar se alimentaban de otra cosa. Si ella no se alimentaba exclusivamente de humanos podría dejarla ir.

- ¿Te puedo hacer una pregunta? - Dijo Percy haciendo que la empusa alzara una ceja.

- Ya la has hecho, pero vale. - Dijo esta manteniendo la guardia alta.

- ¿Los monstruos solo os alimentáis de humanos? - Preguntó el chico muy serio.

- ¿De que otra cosa me voy a alimentar? - Preguntó el monstruo.

- Bueno, hay muchas cosas. - Dijo el chico. - Tienes un montón de animales en la naturaleza de los que te puedes alimentar, como jabalíes, ciervos y conejos, además, hoy en día hay cosas deliciosas como... Un momento. - Este comenzó a hacer memoria de una manera un poco cómica para la empusa. - Oh sí, la pizza, la comí una vez cuando nos escapamos Sophie y yo una noche cuando estábamos cerca de una ciudad.

- ¿Y qué es eso? - Dijo el monstruo con un poco de aprensión.

- Es pan, queso, tomate, especias y lo que tú quieras poner. - Dijo Percy con una sonrisa ya que pensaba que estaba convenciendo al monstruo de que no coma humanos.

- No te lo tomes a mal chico pero, la comida humana es vomitiva, nosotros los monstruos comemos humanos no porque tengamos una extraña parafilia o porque seamos unos locos que degustamos la sangre, no. - Dijo ella muy seria. - Comemos humanos porque fuimos creados así, podemos comer otras cosas, sí, pero su sabor no deja de ser horrible. Por lo que me da igual que me perdones la vida, si tengo que comer comeré.

Esa respuesta no le gustó mucho a Percy. Él había oído que Polifemo comía a los sátiros, pero claro son criaturas mitad humanos, y en caso de no tener otra cosa comía sus ovejas, pero también sabía que los cíclopes son hijos de Poseidón, por lo que puede que se salven de comer humanos por eso.

Sus pensamientos interrumpieron en el momento en el que la empusa se lanzó al ataque con la intención de llegar al cuello de Percy. Esto hizo que el chico diese un salto hacia atrás mientras que los lobos que lo acompañaban tomaron una posición defensiva delante del chico.

- Oye, eres un semidiós, lucha. - Dijo la empusa con algo parecido al fastidio. - No te escondas detrás de tus lobos, deja de ser un cobarde y lucha contra mí.

Percy se puso firme y afiló su mirada hacia la empusa. Esta sonrió al ver como Percy había cambiado, después de esto Percy llevó los dedos a la boca y soltó un silbido haciendo que los lobos comenzaran a gruñir.

- Posición ofensiva Beta. - Dijo Percy con seriedad.

Los lobos actuaron con rapidez y se colocaron rodeando a la empusa con gruñidos amenazantes. Unos instantes después los lobos comenzaron a saltar lanzado zarpazos y mordiscos a la empusa mediante pasaban en el aire. Esto hizo que la empusa consiguiese unas pocas heridas más, pero debido a su dura piel no pudieron hacer mucho, por supuesto, su pierna de bronce era casi inmune a los ataques de los animales.

La empusa terminó por luchar contra los canes, pero estos conseguían esquivar los ataques dando saltos que terminaban con arañazos y mordidas por parte de los lobos. Percy, al ver que que los lobos solos no podrían hacer mucho, decidió pasar a la acción.

Salió corriendo hacia ella empuñando sus dos cuchillos de palta. La empusa lo notó y le dio una patada con su pata de bronce como si fuese un caballo dando una coz. Esto hizo que a Percy se le cortara la respiración, los lobos saltaron de nuevo para evitar que esta llegara hasta el chico haciendo que la empusa nuevamente se viera obligada a luchar como podía contra los cinco lobos que estaban con Percy.

Hijo de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora