La visita tras un envenenamiento

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Thalia le había dado una orden a Percy y a Phoebe. Ellos debían dejar el túnel en el que habían estado para dar apoyo en la base central, el Empire State. Phoebe fue hacia el túnel mientras Percy se quedaría para ayudar si llegaba a suceder algo.

Él se despidió de su hermana cazadora y volvió a dentro con la intención de tener unas palabras con Thalia para saber que había pasado realmente para haber perdido a unos cuantos hijos de Apolo. En poco tiempo llegó a la sala de personal donde habían estado antes, pero cuando entró vio una escena digna de una película de comedia.

En la sala en la que había estado hace unos segundos ahora estaba el cuerpo de Thalia tirado encima de la mesa mientras su respiración leve subía y bajaba lentamente denotando que ella estaba dormida.

- No pasa nada Percy. - Dijo la voz de Quirón a la espalda de Percy. - Eso es un efecto secundario por haber obtenido la marca de Aquiles, debe descansar todo el tiempo que pueda en esta guerra.

- ¿Pero no estaría mejor en otro sitio? - Dijo Percy. - Quiero decir, no es muy profesional estar tirada encima de una mesa, aparte de que le va a doler la espalda.

- La marca la protegerá de los dolores musculares menores que una mala postura le podría causar. - Dijo Quirón. - Ven, vamos a intentar organizar a todos estos adolescentes.

Después de eso, los dos salieron de la habitación dejando a la chica dormida para ir a una especie de cafetería en la que el personal comería en sus tiempos libres. Allí estaban los hijos de Ares en silencio mientras escuchaban los lamentos de los pocos hijos de Apolo que habían sobrevivido y que no habían llegado a salir de la base al ser los encargados de mantener sanos a los demás.

Clarisse se había mantenido fuerte, se había quedado apoyada en una pares mientras su lanza eléctrica estaba lista para salir en primer momento. Ella había contactado con Silena, la cual había sido repudiada por sus propios hermanos.

Ella le había aconsejado que intentara hablar con ellos para que fueran a la base, pero ellos no hacían caso omiso a lo que Silena les mandaba.

En el momento que Percy entró con Quirón ella fue hacia ellos y los recibió para darles un reporte de lo que había pasado en su posición, siendo uno de los puntos en los que habían conseguido mantener a los enemigos alejados con mínimas bajas.

Quirón quiso llamar a las hijas de Afrodita para que ayudasen o que se quedaran en el campamento ya que había escuchado rumores de que algunos de esos semidioses habían contactado con empresas de taxis para irse a sus casas o fuera del alcance del ejército titán.

Tardaron un tiempo en lograr un arcoíris y cuando por fin pudieron contactar con la líder de la cabaña ella estaba en el bosque gritando que a sus hermanos que volvieses al campamento mientras esta mantenía una espada en sus manos.

- ¡Silena! - Dijo Clarisse con un poco de miedo en su voz. - ¿¡Qué está pasando!?

- Mis hermanos han salido, pero una manada de monstruos los estaban esperando. - Dijo ella mientras mantenía a ralla a una especie lagarto gigante. - No nos hemos alejado mucho, pero aún así no hemos podido avanzar mucho sin que nos ataquen.

- Eso es una drakon. - Dijo Quirón muy serio. - Voy a ir a buscaron con unos cuantos semidioses, aguantad todo lo que podáis.

En ese momento se cortó la conexión con Silena y el centauro se levantó de la silla para mostrar su tamaño completo. De inmediato Clarisse se apuntó junto con un par de sus hermanos salieron rápidamente fuera dejando a Percy al mando hasta que se despertara Thalia o hasta que él volviese.

Eso confundió al chico, este nunca había estado en una posición demando que no fuese con sus lobos en la caza, y los adolescentes eran mucho peor que un animal a la hora de dar ordenes, o eso había escuchado de sus hermanas.

Hijo de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora