Pero... ¿No era una caja?

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Tanto Thalia como Percy habían salido por la presencia de ese ser acompañado por el chico que había herido a Annabeth. Thalia no podía evitar soltar alguna que otra chispa, pero Percy se estaba manteniendo frío mientras clavaba su mirada haciendo que Ethan estuviese atento con su cuchillo listo para atacar.

- Oh, vamos, un poco de tranquilidad. - Dijo el titan de las llamas con lo que intentó ser una sonrisa tranquilizadora. - Hemos venido para hablar, como personas civilizadas.

- ¿Hablar de qué? - Dijo Thalia. - Por el momento solo os habéis dedicado a hacer daño.

- Bueno, dejemos eso de lado por el momento. - Dijo Prometeo con tranquilidad. - Imagino que sabéis más o menos quien soy yo.

- Eres quien entregó el fuego a los humanos. - Dijo Percy. - También dicen que tienes la habilidad de ver el futuro cercano.

- Así es hijo de Poseidón. - Dijo este haciendo que Percy rodara los ojos con fastidio por haberle llamado así. - Tengo ese pequeño don, por lo que cuando Zeus decidió declararle la guerra a mi tío Cronos yo le apoyé porque sabía que este saldría vencedor. - Este explicó con calma. - Y por esa misma razón he decidido que esta vez apoyaría a mi tío, ya que en todas las visiones que he tenido no ha habido ninguna que haya declarado la victoria del lado Olímpico.

- Básicamente nos estas diciendo que nos rindamos porque tú no has visto que vamos a ganar. - Dijo Thalia mientras más energía eléctrica salía de su cuerpo.

- No digo que lo decidáis ahora. - Dijo Prometeo con serenidad. - Se que es una decisión difícil, pero no tenéis otra opción, os dejo este regalo con vosotros, cuando decidáis rendiros solo abridla la tinaja.

- ¿Para qué? - Dijo Percy. - ¿Dentro hay dentro? ¿Un monstruo que nos comerá?

- Oh, no, nada de eso. - Dijo Prometeo. - Esto es la tinaja de Pandora, lo que terminó siendo en un futuro la caja, aunque no se parece en nada a una caja, dentro hay todo lo malo de la humanidad, pero la diosa de la sabiduría también metió la esperanza. Por lo que cuando estés lista para rendirte o veas que estas perdiendo a más de lo que estás dispuesta a perder solo abre la tinaja y abandona toda la esperanza.

Con es dicho, Prometeo comenzó a alejarse mientras Ethan lo seguía con una mirada que denotaba nerviosismo, se ve que no le sentó muy bien estar bajo la mirada de Percy durante un tiempo.

Cuando ya no hubo nadie a su alrededor, Thalia, comenzó a blasfemar y a soltar juramentos hacia los dos que, según ella, habían tenido la osadía de meterse en su salón y proclamarse el dueño de su casa.

- ¿Qué hacemos con la tinaja? - Dijo Percy mientras se acercaba a ella ya un poco más calmada.

- La podemos dejar aquí. - Dijo ella con un poco de enfado.

- Sería susceptible  a que alguien decida abrirla y condenarnos. - Dijo nuevamente Percy.

- Arg, bien, nos la llevamos y la dejamos bajo llave. - Dijo la hija de Zeus para luego ir y tomarla entre sus brazos para luego ir al Empire State.

Percy soltó un suspiro que n sabía que había estado conteniendo hasta ese momento. Él había estado manteniendo el instinto depredador durante mucho tiempo, por lo que terminó por gastar mucha energía y que terminara con dolor en los ojos, por lo que cuando llegó a la base central este se tiró en un sillón que había en la zona de espera y descansó lo que pudo.

Por desgracia para él no fue mucho tiempo, ya que el resto de cazadoras habían llegado para reforzar la seguridad en la base. Sophie fue rauda a él para ver lo que le pasaba y solo pudo regañarlo al ver como tenía los ojos enrojecidos por haberlos mantenido mucho tiempo abiertos.

Después de la regañina que le había lanzado su hermana se vio obligado a descansar más de lo que deseaba bajo la atenta mirada de la hija de afrodita que le prohibía cualquier cosa que tenía que ver con ver, por lo que solo le dejaba mandar a los lobos a hacer reconocimientos por la ciudad.

Tras una larga espera que a Percy le parecieron horas los lobos comenzaron a aullar fuera, lo que indicaba que habían encontrado a un enemigo. Rápidamente los semidioses tomaron las armas y salieron en busca de los lobos.

Percy no tardó en encontrarlos, pero se sorprendió al ver lo que tenían delante. Una manada de perros infernales, unas cuantas arpía y un monstruo que los lideraba empuñando un hacha de doble filo con forma de omega, el minotauro estaba delante de él mientras este lanzaba espuma por la boca.

Nada más llegar, los perros infernales se sumergieron en las sombras y las arpías comenzaron a volar. Rápidamente, el resto de las cazadoras comenzaron a disparar a las arpías mientras que el resto de los semidioses, menos Thalia, Nico y Percy, se pusieron en guardia esperando la salida de los perros infernales.

Los otros tres mencionados se pusieron enfrente del minotauro. Este manejó su hacha e hizo un corte ascendente que terminó por hundirse en el suelo, no dio nadie, dieron por hecho de que eso fue un intento de demostración de fuerza que terminó por no asustar a nadie.

Nico hizo que un montón de brazos esqueléticos saliesen de la tierra y sujetasen las piernas del monstruo que lo sorprendió en un primer momento ya que se quedó quieto el tiempo suficiente como para que Thalia le lanzara un rayo que impactó en el pecho del monstruo que terminó por lazar al minotauro hasta un muro en el que los lobos se lanzaron en su contra mordiendo sus extremidades causando gritos de dolor por parte del monstruo.

La cosa no duró mucho ya que el minotauro se levantó lanzando a los lobos lejos de él solo para que Percy saltara hacia él con sus cuchillos apuntando a su cuello mientras activaba su instinto depredador, pero el minotauro debió ser informado ya que cubrió su cara con su hacha impidiendo que se vea afectado por su mirada.

Esto conllevó un golpe del minotauro a Percy que lo dejó tirado en el suelo y cuando fue a rematarlo un montón de no muertos completamente cargados de energía eléctrica se lanzaron hacia el minotauro dando el tiempo necesario para que Nico llegara a sacar a Percy del lugar.

Una vez fue sacado Thalia sacó a relucir su nueva capacidad de invencible placando el cuerpo acalambrado del monstruo mientras su lanza se clavaba en una parte una parte de su abdomen. En cuanto la descarga fue hecha Thalia retrocedió hasta quedar al mismo nivel que Percy y Nico, el cual le estaba dando un poco de Néctar al alvino.

La hija de Zeus pareció esperar ver como el monstruo se convertía en polvo, pero este se levantó del suelo mientras parecía tener una cantidad de espasmos debido al choque eléctrico.

- ¿Qué pasa? - Dijo Thalia con fastidio. - ¿Ese bicho no tiene capacidad conductora?

- Si la tiene. - Dijo Nico. - Lo demuestra su movimiento, es solo que es muy resistente.

- ¿Tal vez debamos apuntar a la cabeza? - Dijo Thalia mientras sujetaba con fuerza su lanza.

- No, su cabeza es dura. - Dijo Percy mientras observaba al minotauro mientras sus ojos brillaban en rojo brillante. - Sus zonas más vulnerable son sus muñecas, piernas y la herida que le has hecho.

- ¿Y tú cómo lo sabes? - Dijo Nico mirando al monstruo mientras sacaba su espada.

- Desde el último encuentro soy capaz de ver unas zonas en el cuerpo del enemigo en la que puede recibir más daño. - Explicó el hijo de Artemisa. - Puede que mi dominio sobre la caza halla mejorado por el estrés de la situación.

- Bueno, yo no me voy a quejar. - Dijo Thalia. - Una ayuda es una ayuda, por lo que te harás cargo de las maniobras. - Percy se rio por lo que había dicho la chica. - Bien, ahora, ¡Guíame!

Hijo de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora