Encuentro en un barco

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Thalia estaba rabiosa, ella había intentado tener una vida normal durante un año bajo la supervisión de Quirón como tutor legal en un instituto donde los mortales no dejaban de hacer la vida imposible a un chico un poco más grande que ellos que era obvio que tenía un pequeño retraso en relación a ellos.

De no ser por un ataque de lestrigones ella no se habría dado cuenta de que ese chico, el cual se llamaba Tyson, era alguien con vista clara. Tyson se había apegado a la hija de Zeus y había sido su pilar para poder sobrevivir en ese lugar.

Después de ese ataque, ella se vio obligada a huir junto con Tyson, por suerte se encontró con Annabeth, la cual la había estado siguiendo todo el día porque se esperaba algo malo. Pero había una cosa que no esperaba Thalia, ella y Annabeth eran muy parecidas y no discriminan a nadie, pero por alguna extraña razón ella no parecía estar bien con la presencia de Tyson.

Después de eso tuvo que correr el riesgo de subirse al taxi de las hermanas grises, aguantar el vómito de Tyson y cuando llegaron al campamento encontrarse con unos hijos de Ares, encabezados por Clarisse, luchando contra unos toros de Colquide. También había que sumarle la llegada de Tántalo.

Ese hombre recluso no había hecho nada más que fastidiar a los semidioses todo lo posible bajo la excusa de prepararlos para cuando tuviesen que salir a una misión, además que había traído de vuelta las carreras de cuadrigas, las cuales había sido retiradas de las actividades del campamento debido a las lesiones graves que sufrieron unos cuantos semidioses en los accidentes.

Y ahora tenía que sumar la llegada de los dos cazadores y de ese Percy, ellos le habían quitado la oportunidad de participar en la misión que podía salvará Grover el cual se había puesto en contacto con ella mediante un enlace de empatía diciéndole que estaba en el mar de los monstruos y que estaba haciéndose pasar por la mujer de un cíclope llamado Polifemo.

- Thalia. - Dijo la voz de Annabeth llamando su atención. - ¿Qué vamos a hacer?

- Nos iremos por nuestra cuenta. - Dijo la hija de Zeus. - No puedo dejar allí a Grover.

- Oh, ¿Puedo ir yo también? - Dijo Tyson con una sonrisa digna de un niño pequeño.

- Tyson, no creo que sea buena idea que alguien como tú nos acompañe. - Dijo Thalia aún sin saber lo que era el chico.

- Si no vamos puede que sea una buena idea llevárselo. - Dijo Annabeth como si nada. - Después de todo es un hijo de Poseidón.

- ¿Y cómo lo sabes? - Dijo Thalia confundida.

- Vamos Thalia, no me digas que no lo sabes. - Dijo Annabeth con tono de fastidio. - Todos los cíclopes son hijos de Poseidón, y tienen todas sus ventajas como que son inmunes al fuego, por lo que puede que sea bueno que se venga, su fuerza física nos vendría bien.

Thalia se quedó confundida por lo que había dicho. Siempre que había visto la cara del chico vio que era una persona normal y corriente, pero ahora que lo había dicho Annabeth ella se fijo más en la cara del chico y se fijó que poco a poco su cara comenzó a desfigurarse hasta terminar solo con una sola cuenca ocular y un solo ojo haciendo que esta soltara un pequeño grito.

Al verle así no pudo evitar recordar a ese ser que les estuvo persiguiendo cuando ella era pequeña. Pero cuando vio la expresión asustada de Tyson porque ella había gritado se le partió el corazón.

Al final accedió a llevárselo y diciendo que se irían antes del toque de queda nocturno, por lo que tenía que estar atento al momento. Thalia hizo todo lo posible para parecer normal, aunque con Tántalo estando al acecho no podía hacer mucho.

Trepó por el muro de escalada, entrenó en la arena e hizo todo lo posible para aguantar el concurso de poemas que había realizado los hijos de Apolo. Al final, cuando llegó la cena los tres se miraron y le indicaron al cíclope que las siguieran cuando terminara de comer.

Hijo de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora