Un enfado y un rastro

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Las cazadoras y Percy estaban viendo un viaje por carretera que no habían esperado. Para empezar, los camioneros estaban respetando mucho las señales de tráfico yendo incluso más despacio que el límite de velocidad que marcaban. Esto hizo que tanto Phoebe como Zöe, que era la conductora, se desesperasen ya que tenían que ir por detrás de ellos con una velocidad más lenta.

No tenían ni idea de a donde estaban yendo, pero por la orientación parecían ir al oeste del país, pero por lo que estaban haciendo los transportistas parecían que iban a tardar años en llegar.

Después de haber pasado muchas horas de camino y cerca de dos días de conducción por fin llegaron a un lugar en el que el camión llegó a una zona de descarga. Por lo que había visto Percy en un gran cartel cuando llegaron estaban en Las Vegas, esto les va a causar más de un dolor de cabeza por las palabras de la diosa de la luna, si bien había aparecido en el mismo coche causando sustos a la conductora ahora estaría en un lugar en el que no le gustaría mandar a nadie de su caza solas, la ciudad del pecado y, por ende, del peligro.

El camión descargó unos animales enjaulados en una apariencia muy mala, cosa que enfadó a las chicas y disgustó a Percy. También observaron que, mientras no miraban los transportistas, el pequeño grupo salió del lugar con mucho cuidado de no ser vistos. Estos fueron al mismo hotel que estaban descargando los camioneros, puede que para tener un lugar donde descansar para seguir en su búsqueda en la mañana.

Por desgracia para las cazadoras, no podrían permitirse pasar la noche en un hotel por haber alquilado el choche, el cual puede que nunca sea devuelto, por lo que tendrían que dormir en el y comer con el poco dinero que tenían a base de comida basura.

Las cazadoras se establecieron en un lugar poco visible desde la calle pero con plena visibilidad de la puerta del hotel. Ellos tenían plena confianza de que estarían solo un día para poder descansar por lo que saldrían como muy tarde al día siguiente por la mañana.

Al caer la noche a diosa volvió a aparecer con una mirada de disgusto cuando vio el lugar en el que estaban.

- Las Vegas. - Dijo la diosa con un tono bajo. - Espero que os valláis pronto de aquí, no me fio de los hombres que puede haber en estas zonas.

- Lo más probable es que nos larguemos de aquí mañana al medio día como muy tarde. - Dijo al hija de Ares, mientras ponía un poco de kétchup en sus patatas fritas. - Dudo mucho que tengan mucho dinero.

- Aún así, tened cuidado y no salgáis a la calle solos, puede haber cualquier cosa detrás de las esquinas.

- ¿Cómo nuestro coche lleno de adolescentes? - Dijo Sophie con una sonrisa haciendo que la diosa rodara los ojos.

Poco después de eso y de despedirse de todos se fue dejando a las cazadoras mirando la puerta del hotel. Estos observaron como un montón de gente entraba, pero no salía lo que hacía que a Percy alzara una ceja y cuando lo comentó lo descartaron rápidamente, a esa hora no saldría nadie para ir a dormir, por lo que cayó para luego irse a dormir.

Mientras Percy soñaba su consciencia fue dirigida a otra parte. Solía tener esos sueños raros y ahora estaba en lo que parecía ser un pasillo lleno de habitaciones con un montón de números consecutivos poniendo en claro que era un pasillo de un hotel.

Podría ser del hotel que tenía en frente ya que podía ser un sueño en el que vigilaba a las semidiosas y sátiro. Estando en el pasillo no sabía muy bien cual podría ser la habitación de estos y no quería irse metiendo en una habitación desconocida por lo que podría encontrar dentro por lo dicho por su tío Apolo.

Al final terminó caminando por todo el pasillo buscando algún indicio de la presencia del grupo, la única pista que tenía era que había aparecido en un pasillo en específico. Después de abandonar el pasillo fue a la recepción de una manera inmediata sorprendiendo al chico. Cuando llegó pudo ver una gran variedad en la vestimenta de la gente que había en el interior, como si hubiera un evento retro. Había de gente vestida como si fueran los ochenta, gente disfrazada de Elvis y gente vestida con ropa de militar de la época de la guerra mundial.

Hijo de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora