Un tiempo de descanso

164 16 1
                                    

la fiesta en el Olimpo había acabado y Nico había huido del campamento. Percy se sentía responsable por eso y quería ir a buscar a Nico para que por lo menos volviese al campamento para que pudiera estar seguro allí.

Este se lo comentó a sus hermanas y madre, pero estas se negaron rotundamente. Según ellas no estaba psicológicamente bien como para ponerse a trabajar de inmediato. Artemisa les concedió a las cazadoras y a Percy un tiempo para que pudiesen hacerse a la idea de que tenían que seguir a delante, para desgracia para ellas tuvieron que quedarse en el campamento para ello.

Por primera vez en mucho tiempo, la cabaña ocho estuvo ocupada por más de unos pocos días. En un primer momento nadie se acercaba a ellas y Percy se negaba a salir de la cabaña haciendo nada más que tumbarse en su cama y mirar el techo que estaba adornado con un mapa celeste donde había adquirido la constelación de la cazadora.

Después del segundo día, Annabeth y Thalia fueron a la cabaña de Artemisa para intentar hacer que Percy saliese a que le diese un poco el aire. Ellas estaban preocupadas ya que una cazadora hija de Afrodita llamada Sophie fue con ellas a decirles que le preocupaba la condición de Percy.

- Hola. - Dijo Annabeth tocando la puerta. - Venimos a ver a Percy, ¿podemos pasar?

No tardó mucho tiempo en que apareciera una chica de pelo castaño y bello rostro. Sophie había abierto la puerta permitiendo a las dos semidiosas ver el interior.

- Holas chicas. - Dijo Ella con una gran sonrisa. - Podéis pasar, y sacadlo, por su bien. - Dijo eso último en voz baja para que solo la escucharan ellas.

Las dos chicas asintieron y entraron. No había muchas cazadoras dentro, solo Sophie y otras dos que ellas no reconocían, pero Percy estaba tirado en una cama mirando el techo.

Las dos chicas fueron a por él, su misión era simple, tenían que sacar de ahí a Percy. Estaba siendo muy descuidado consigo mismo, por lo que habían escuchado de la hija de Afrodita no había comido nada y tampoco había alimentado él a los lobos, el cual era su principal trabajo a parte de entrenarlos y educarlos.

- Hey, Percy. - Dijo Annabeth llamando su atención. - ¿Por qué no salimos a dar una vuelta por el bosque? Te vendrá bien para despejar la mente y airearte.

- Nunca había escuchado una forma tan sutil de decir que huelo mal. - Dijo el chico sin quitar su mirada del techo.

- Percy, sé que es duro, pero no puedes quedarte mirando al techo todo el tiempo. - Dijo Thalia.  - Yo perdí a un hermano pequeño hace un tiempo y eso propició que me fuera de casa ya que fue culpa de mi madre.

- Thalia tiene razón. - Dijo Annabeth. - Nos han dicho que ni si quiera cuidas a los lobos, por lo menos sal a dar una vuelta con nosotras, te sentará bien.

Percy se quedó callado durante unos segundos haciendo que las dos chicas pensaran que las iba a rechazar pero al final este accedió y les dijo que le esperaran a fuera mientras este se cambiaba de ropa.

Las dos chicas en ese momento planearon a toda velocidad un viaje por el bosque ya que no lo habían planeado pensando que las iban a rechazar. Unos segundos después salió Percy con las manos en los bolsillos.

Todavía era invierno por lo que podrían disfrutar un poco de la nieve que se había acumulado en el campamento. Unos cuantos semidioses se habían dedicado a hacer muñecos de nieve por todo el lugar solo para reventarlos usando flechas ígneas o luchando contra ellos. Claramente habían sido obras de los hijos de Apolo y Ares, pero le daban un poco de vida a los pocos que se quedaban todo el año en el campamento.

Para el pequeño grupo que se había formado para animar a Percy ahora estaban caminando por el bosque. No habían muchos animales debido a la hibernación por lo que todo estaba mas tranquilo.

Hijo de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora