Un lugar sin lluvia

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Percy fue corriendo hacia donde estaban sus compañeros peleándose contra ese cerdo enorme que parecía no tener un limite de resistencia. Este había estado cargando contra sus compañeros que hasta ese momento habían estado jugando al pilla pilla con el cerdo como si fuese una celebración española.

Percy agarró un poco de nieve, formó una bola y se la lanzó al cerdo para que este se centrara en él y diese un poco de espacio a sus compañeros. El plan funcionó a las mil maravillas ya que el cerdo se detuvo por primera vez y se giró a mirarlo solo para volver a cargar en su dirección.

Percy consiguió sacar sus cuchillos y rodar a tiempo para poder clavar sus cuchillos en el costado del cerdo haciendo un par de rajas por donde la sangre salía, pero no era más que un corte superficial ya que no pareció molestarle. Intentó de nuevo hacer otro corte en su dura piel, pero el cerdo cargó con más velocidad hacia él y antes de que llegase a impactar una flecha cerca de su oreja izquierda causando un grito de este por acertar una zona blanca y muy irrigada.

El cerdo chilló y chilló, poco después otra flecha terminó perforando la piel cercana al labio superior solo para terminar saliendo por la nariz de este haciendo que cayese al suelo por el dolor.

Los semidioses y sátiro se permitieron unos segundos para respirar, pero el cerdo se seguía moviendo y pataleando con la intención de ganar inercia para volver a ponerse de pie, por eso mismo la cazadora más veterana seguía teniendo un ojo sobre él, no podía fiarse de que no se levantara.

Al final terminó levantándose unos segundos más tarde con rabia cabeceando como si fuese un toro y corriendo como si fuese una liebre. Fue tan rápido que ni si quiera Zöe pudo interceptarlo con una flecha y terminó cargando contra el pequeño grupo y hubiese llegado de no ser por una lanza que se clavó en el cuello de este haciendo que volviese a caer al suelo con un chillido de dolor. Poco después apareció Thalia un poco más tarde manchada con un poco de nieve en su ropa y de hojas de árbol en el pelo.

- He vuelto. - Dijo esta como si no hubiese dejado K.O a un cerdo gigante.

- ¿Cómo que "he vuelto"? - Dijo Grover. - Has dejado fuera de combate al jabalí de Erimanto, ¿Cómo lo has hecho?

- Solo le he dado un chispazo en el cuello. - Dijo Thalia como si nada. - Solo tuve que cargar un poco la lanza y apuntar bien, desde la altura es más fácil.

- ¿Y por qué te has quedado en un árbol? - Dijo Bianca un poco confundida por no haberla visto en el suelo.

En ese momento Thalia empezó a tartamudear un poco, pero lograba disimularlo un poco debido al frío.

- Ella me pidió que bajara primero y llamara su atención. - Dijo Percy. - Me dijo que ella se quedaría allí como apoyo, puede que se quedara allí arriba porque no confiaba a que el jabalí fue eliminado fácilmente.

Todos se miraron entre sí por la explicación que había dado Percy y pareció gustar a todo el mundo y dando un mirada agradecida por parte de Thalia al único hombre en la caza.

- Pero no está muerto. - Dijo Grover mientras mantenía una sana distancia con el jabalí. - Pero por alguna razón no se mueve.

- Dudo mucho que haya llegado a la espina dorsal, puede que solo esté quieto porque la lanza le incomode y puede que le cause dolor. - Dijo Zöe. - Pero ahora mismo da igual, tenemos que seguir moviéndonos, no podemos perder tiempo.

En ese momento una idea rondó por la cabeza de Bianca y que por pura inocencia salió al aire.

- ¿Y si vamos montados en el jabalí? - Dijo la cazadora con tranquilidad haciendo que todos la mirasen como si le hubiera salido una segunda cabeza. - Ese cerdo corría muy rápido, si vamos en su espalda y si Thalia lo maneja usando su lanza y un poco de electricidad podríamos ir cabalgándolo en él.

Hijo de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora