La vuelta a casa

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Percy, Thalia y Annabeth habían llegado al barco, los cuales pudieron subir gracias a la ayuda del sátiro y el cíclope. Estos contaron lo que habían visto y lo que había hecho en el barco de Luke haciendo que el sátiro negara con frustración por como había cambiado un chico con el que había vivido mucho tiempo y un mirada triste por parte del cíclope.

Una hora más tarde llegaron Sophie y Clarisse, las cuales llevaban dos bolsas cada una de comida rápida y snacks para el viaje hasta el campamento. Todos estuvieron en silencio por las noticias que habían traído por lo que fue un viaje un poco largo para todos, la única que parecía un poco más entretenida era Thalia y era porque tenía que gobernar el barco para que no encallase.

Después de tres días en el mar consiguieron llegar a la costa de Manhattan donde la gente, nuevamente, pensó que se estaba exponiendo el barco y no paraban de acercarse y sacar foto. La cosa llegó a tal que tuvo que venir la policía para evitar que la gente se subiese, esto hizo que los chicos tuviesen que esperar un poco hasta que se despejara un poco el lugar para poder bajar y dirigirse al campamento.

Vagando por la ciudad Annabeth intentó llamar al campamento otra vez, pero se dio cuenta de una cosa. Su teléfono móvil había muerto por haber estado en contacto con el agua por lo que tendrían que ir a pata hasta el campamento. El camino fue largo hasta que llegaron a la zona de sombra del bosque, en la ciudad todas las personas que había alrededor se quedaban mirando a Percy por tener una manta de borrego encima en pleno verano.

En el bosque pudieron avanzar con mayor fluidez y para la hora de la comida ya habían llegado. En el momento que entraron pudieron notar como el ambiente del campamento había cambiado un poco, puede que haya sido por el despido de Tántalo. Como era la hora de comer estos fueron al comedor donde los semidioses, al verlos entrar, dejaron su comida a un lado para darles la bienvenida con un grito grupal para luego ser recibidos por Quirón.

- Hola hijos míos. - Dijo Quirón con una sonrisa. - Me alegra ver que estéis bien, estaba preocupado por vuestra situación.

- Si te soy sincera yo también. - Dijo Annabeth dando un abrazo al centauro. - Conseguimos salvarnos por poco, de no ser por Percy y por Thalia puede que ahora estuviésemos capturador por los monstruos de Luke.

- No te preocupes, ahora estáis bien. - Dijo Quirón. - Ir a vuestras mesas, luego haremos una ceremonia de llegada quemando sudarios, pero quiero un explicación de porqué desaparecisteis Thalia, Tyson y tú.

Con eso dicho y una cara de resignación en la cara de Thalia todos fueron a sentarse en sus mesas, siendo la de Ares la que más contenta estaba por tener de regreso a su líder de vuelta en una misión completada con éxito.

La comida transcurrió sin ningún problema pero después de eso Thalia tuvo que ir con Annabeth al despacho de Quirón para que le explicaran porque habían ido. Al parecer Quirón no parecía molesto por lo que habían hecho para salvar a un amigo, pero no le pareció bien que se fuesen sin siquiera decirle que lo tenían en mente.

Un poco más tarde los dos cazadores entraron en el despacho del director de actividades después de haber visto como ardían unos sudarios de los dioses que eran padres de los semidioses que habían ido a la misión. Estos dos cazadores parecáin estar muy serios, por lo que decidió que escucharía el tema que querían hablar con seriedad y como si fuese una posible queja menor por parte de una hija de Afrodita.

Por lo visto, Percy quería algo hecho con una pequeña parte del vellocino para poder tener una vida normal. Quirón no veía mal que se sacrificara unos pocos centímetros cuadrados del vellocino para una persona que de verdad lo necesitaba.

Percy dio una idea de hacer un pañuelo o bandana, incluso una bufanda sería de agradecer para el chico. Quirón llamó a un hijo de Atenea que había heredado cierto dominio de su madre con el telar, este chico llamado Stan se había especializado en el estudio de la confección y había demostrado tener cierta habilidad a la hora de coses y tejer.

Stan llegó a la casa grande unos minutos después y comenzó a anotar el deseo de Percy y se le presentó el vellón dorado con el que trabajaría. Barajó todo lo que podía hacer sin gastar mucho material del preciado objeto y tras cinco minutos pensando llegó a una idea y cotó un pedazo largo en la parte inferior del vellón y se fue a su cabaña para poder trabajar en paz. Esto hizo que Sophie y Percy volviesen a su cabaña con la intención de que pasara el tiempo y que el sol bajara un poco más para poder salir a dar un paseo.

Encerrados por un tiempo Sophie hablaba con Percy de diferentes cosas como moda y las revistas que había leído en el viaje y que habían sobrevivido al viaje hasta la isla de Polifemo. No es un tema que le entusiasmara mucho a Percy pero cuando escuchó que en esa revista una famosa había marcado tendencia llevando un vestido hecho completamente de carne no pudo evitar hablar del tema con ella.

En cuanto la tarde apareció y el sol bajó esto permitió que Percy y Sophie pudieran salir a dar una vuelta debido a las sombras más alargadas. Dieron un paseo por el campamento haciendo que los semidioses lo mirasen un poco ya que seguía siendo raro que un tío se quedara con las cazadoras. No fue hasta después de la cena que Percy recibió el pedido que le había hecho a uno de los hermanos de Annabeth. Terminó siendo un pañuelo que debía usar en el cuello o frente. Este no tenía un diseño muy elaborado era un pañuelo normal y corriente que había tintado de color plata para que hiciese juego con los colores de las cazadoras, este era suave al tacto y no causaría una irritación a largo plazo por lo que lo aceptó con gusto.

Atando el pañuelo en su frente este se dispuso a salir al sol de la tarde que le había causando muchas quemaduras cuando él era pequeño y cuando los rayos del sol bañaron todo su cuerpo sintió como su piel se calentaba pero no llegaba a sentir como se quemaba, para asegurarse por completo se quedó en el sol más de quince minutos bajo la atenta mirada de Sophie para luego girar a verla con una gran sonrisa, ya no necesitaría nunca más una ropa de protección.

Pasó el tiempo y los dos cazadores comenzaron a guardar sus cosas para irse de vuelta con las demás cazadoras. Quirón quiso que se quedaran para la cena y que se fueran por la mañana, pero Sophie argumentó que ya habían pasado mucho tiempo fuera de la caza y que querían volver.

EL centauro no insistió pero si les deseó un buen viaje a los dos cazadores. Estos, cuando se adentraron al bosque se pusieron en contacto con la caza mediante un trozo de cristal roto y una linterna pudieron hacer un arcoíris con el que llamaron. Todas se alegraron de ver a la hija de Afrodita y al chico los dos sanos y salvos, Artemisa fue la que llamó al orden poco después de eso.

- Me alegro de que estéis bien. - Dijo la diosa en su forma de doce años con una sonrisa. - Imagino que queréis saber en donde estamos. - Dijo y los dos adolescentes asintieron. - Ahora mismo estamos cerca del Olimpo un poco al norte de la ciudad, ha habido una reunión de urgencia con un trabajador del campamento y he decidido que las cazadoras se establezcan cerca.

- De acuerdo. - Dijo Sophie con una sonrisa. - Cuando volvamos os contaremos todos lo que hemos hecho.

Las demás cazadoras asintieron y poco después deshicieron el mensaje iris para comenzar a caminar, sabían que no llegarían hasta mañana por lo que caminaron con calma. Les tocó acampar en una zona cercana a un pequeño arroyo que tenía de ancho como medio metro del que sacaron agua para cocinar y prepararse una cena improvisada con unos conejos que la hija de Afrodita había cazado para el momento.

Cuando llegó a el amanecer los dos se pusieron en marcha y tras una mañana muy larga consiguieron llegar con la caza, habían vuelto a su hogar.

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Bueno, un capítulo más corto de lo habitual y es por dos razones, una es que es el final del arco y no se me ocurría que escribir ya que todo me parecía muy forzado.

Se que no les importará mucho, pero mi dedo ya se está curando y por lo menos ha vuelto a tener la forma redonda que tiene un dedo, tened cuidado cuando cortéis cosas con cuchillos de cocina o puede que os cortéis la punta del dedo (un trozo pequeño) como me pasó a mí.

Nada más por mi parte, espero que por lo menos os haya entretenido, hasta la próxima.

Hijo de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora