Comienza la busca del cazador

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Thalia había estado esperando el juego para poder distraerse sobre la mala noticia que le había dado Grover. En su viaje no solo no había encontrado nada de Nico, sino que también le habían hecho dejar de buscar a Pan ya que lo daban por muerto los propios sátiros que dirigían a esa raza.

Por lo que esperaba sería un juego de pilla pilla por parejas en el que un grupo buscaba y capturaba al otro, por lo que esperaba ser del equipo captor para poder desfogarse un poco con algún hijo de Ares.

También descubrió que Quintus haría las parejas, por lo que no podría aliarse con Annabeth para ser la pareja invencible.

En el momento que se resignó a formar pareja con cualquier otro apareció un gran brillo que obligó a todo habitante del campamento a cerrar los ojos solo para ver a Apolo una vez los abrieron.

Cuando procesaron que un dios había hecho acto de presencia en el campamento, de inmediato, se arrodillaron solo para que Quirón hablase.

- Salve Apolo, dios del sol. - Dijo este sin levantar la cabeza. - ¿Qué le ha hecho venir a nuestro humilde campamento?

- Vengo a solicitar una misión. - Dijo el dios haciendo que Quirón alzara la cabeza. - Percy, el hijo de mi hermana, ha desaparecido, creemos que se encuentra dentro del laberinto.

- ¿Del laberinto? - Dijo Quirón alarmado. - ¿Hace cuanto tiempo fue eso?

- No más de dos horas. - Dijo el dios muy serio. - Ruego para que logres encontrar a los semidioses adecuados para hacer frente esta afrenta.

- Lo haré señor. - Dijo Quirón. - ¿Sabe de alguna entrada que podamos usar?

- De momento no. - Dijo Apolo. - Solo sabemos que las entradas al laberinto están marcadas con una Delta.

Después de que dijera eso todos en el campamento comenzaron a murmurar. Thalia estaba confundida, no sabía nada de ningún laberinto. Miró a Annabeth, la cual parecía hacer memoria sobre algo y cuando le preguntó e contó que había visto algo parecido a la letra delta cerca del puño de Zeus en el bosque.

Poco después de eso el dios desapareció y Annabeth fue corriendo a donde creía haber visto eso junto con Thalia, la cual la seguía muy de cerca. En unos pocos minutos corriendo llegaron a la piedra que Annabeth había recordado para ver como una especie de triangulo grabado en una roca.

Las dos miraron la piedra durante unos segundos hasta que la hija de Atenea decidió comenzar a empujar la piedra. Ella sola no podía con ella, por lo que Thalia comenzó a ayudarla a empujar solo para ver como un agujero penetraba en la tierra hacia abajo y no podían ver el final.

Con el descubrimiento hecho, las dos fueron de nuevo al campamento donde Quirón estaba debatiendo con el nuevo integrante del campamento, Quintus, sobre que semidioses elegir para ir a la misión.

Las dos chicas entraron en el campo de visión del centauro gritando su nombre y que habían encontrado una entrada en el bosque que podían utilizar para la misión. Sin perder tiempo este les indicó que les guiara a donde habían encontrado al entrada solo para encontrar un gran agujero en el suelo por donde cabía una persona.

Quirón y Quintus examinaron la abertura y Quintus se adentró con ayuda de una cuerda que tenía para el juego que había planeado mientras el resto esperaban su regreso. Unos segundos más tarde este subió y contó lo que había visto.

- Es posible que sea el laberinto. - Dijo Quintus. - En el punto al que conduce esta apertura hay un fresco de lo que debería ser Creta.

- Esto me preocupa. - Dijo Quirón preocupando a las dos chicas. - Ese lugar es conocido por destruir la mente de los que pasan mucho tiempo ahí dentro. Tenemos que sacarlo de ahí de inmediato.

- Pero no sabemos por donde buscar. - Dijo Quintus. - Ese lugar cambia como le plazca, es como si tuviese vida propia, aparte de que en ese lugar puedes recorrer solo diez metros pero haber avanzado kilómetros en la superficie.

Ellos dos siguieron discutiendo de lo que podían hacer solo para terminar diciendo que lo hablaría en su despacho para tener una mejor perspectiva y calma para elegir a los aventureros que se adentraran en su interior.

Mientras eso sucedía Thalia estaba decidida a que ella y Annabeth formaran parte del equipo de búsqueda. No por nada en concreto, a ella se le daba bien pelear y Annabeth era lo suficientemente lista como para poder orientarse en el lugar. A ella le daba igual quien pudiera ser el tercer miembro del equipo, pero sabía que ellas dos estarían si o si.

El tiempo avanzó durante una hora, en ese tiempo Quirón y Quinto no habían salido y Thalia estaba sentada en las escaleras de la casa grande aguantando los comentarios absurdos del dios del vino.

Tras hora y media por fin salió el centauro solo para convocar una reunión en la hoguera. En poco tiempo todos estaban allí murmurando cosas sobre el laberinto, pero reinó el silencio cuando los cascos del centauro se hicieron sonar.

- Lamento la espera. - Dijo Quirón. - Hemos estado debatiendo Quintus y yo y hemos llegado a una conclusión.

- Teniendo en cuenta lo peligroso que es el laberinto hemos decidido que irán solo tres personas cualificadas tanto en combate como en inteligencia. - Dijo Quintus muy serio. - Yo he propuesto que el líder del equipo fuese un hijo de Atenea, su conocimiento ayudará al equipo a superar las pruebas que el laberinto les ponga en frente.

- Como ayudante de navegación un sátiro sería una buena idea. - Dijo Quirón igual de serio. - Ellos pueden llegar a sentir el peligro y a los monstruos, por lo que sería beneficioso. Y a lo que atañe al especialista en combate debería ser alguien que se compenetre bien con el líder del equipo.

- Hemos pensado que quien mejor que la propia líder de la cabaña de Atenea para liderar el quipo de búsqueda. - Dijo Quintus para luego ganar una ovación de los hijos de Atenea. - Annabeth, tú mejor que nadie sabes quien te puede acompañar y quien no al laberinto, así que piénsalo muy bien ya que el laberinto es muy peligroso.

Annabeth asintió a lo que había dicho solo para luego mirar a Thalia, la cual asintió con una sonrisa, para luego ir a buscar a su último miembro.

Las dos sabían que ese último miembro se preocupaba mucho por el chico de la caza, puede ser porque tuviese un crush con su madre pero eso nunca lo diría en voz alta. Grover estaba en el bosque hablando con su novia Enebro. Esta seguí consolando al sátiro por tener que abandonar la búsqueda.

En el momento que las dos chicas se hicieron presentes estos las saludaron y le dieron la noticia a Grover de lo que había pasado. Este en un primer momento se preocupó mucho pero al decirle que le estaban invitando a ir a la misión este aceptó de inmediato no pareciendo ese sátiro inseguro de hace unos años.

Una vez establecidos los miembros de la misión Annabeth fue a ver al oráculo mientras Thalia volvía a su cabaña. Ella se limitó a rellenar una mochila bajo la atenta mirada de la estatua de su padre que estaba en medio de la cabaña. Ella nunca lo dijo, pero si pudiera tapar los ojos de esa estatua ella lo haría, ella juraría que la mira mientras duerme, lo que le da miedo de solo pensarlo.

Una vez terminó se encontró con Grover en la entrada del bosque. Allí esperaron a Annabeth, la cual llegó casi media hora más tarde que Thalia con una cara muy seria y lo que parecía ser preocupada. Thalia no quería que su mejor amiga se tuviese que pensar en muchas cosas, por lo que decidió no preguntar para que no tuviese que malgastar su tiempo explicándole algo que ella tenía en la cabeza.

Una vez estuvieron todos listos fueron al agujero que era la entrada al laberinto para posteriormente lanzarse a su interior. Una vez dentro encendieron unas linternas que Grover había traído y vieron lo que había a su alrededor.

Una gran pintura de Creta estaba en la pared confirmando lo que Quintus había dicho, aparte de parecer que estaban en una sección más antigua del laberinto ya que los techos y las paredes estaban adornados por columnas griegas.

Ya se habían infiltrado dentro del laberinto, solo queda llegar a encontrar a Percy antes de que este sea atacado o que se volviese loco.

Hijo de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora