Pelea abuelo nieta

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Thalia estaba luchando contra esos monstruos que habían logrado seguir al hizo de Artemisa que había traído a una chica con él. Los rayos salían de su cuerpo mientras su lanza empalaba a sus enemigos. Nico había conseguido hacer que unos esqueletos mantuviesen a los monstruos para que los semidioses que pudiesen pelear en ese momento pudieron defenderse mejor.

Por otro lado, las cazadoras estaban en una posición más atrasada disparando desde un lugar más seguro mientras Percy se encargaba de mantener a la chica pelirroja fuera de peligro junto con los lobos.

Durante unos segundos los monstruos no habían logrado abrirse camino a través de los semidioses, pero poco a poco, la masa de los monstruos comenzaron a superar a los semidioses en lo que números respectaba. No fue hasta la aparición de un monstruo en concreto que marcó un paso importante para los semidioses.

Un drakon había aparecido en el lugar corriendo mientras un montón de armas yacían clavadas en su cuerpo. En ese momento tanto Percy como Thalia se acordaron de lo que había pasado hace unas horas, muchos se habían ido al campamento para ayudar en la pelea contra un drakon.

Los hijos de los grandes se pusieron rápidamente delante del monstruo para ver como un centauro acompañado de Clarisse La Rue con claras heridas en su cuerpo, obviamente la pelea no había tenido un buen resultado.

Nico se recompuso primero en recomponerse haciendo que un montón de brazos esqueléticos salieran de la tierra para que se aferrara al drakon, el cual no parecía muy feliz de ello y oponía resistencia con todas sus fuerzas. Percy reaccionó de in mediato al ver al lagarto enorme luchar. Este corrió con sus cuchillos apuntando a los puntos que su instinto le decía que debía apuntar.

A sus ojos, su cuello y patas comenzaron a brillar en rojo, lo que le decía que ese era el lugar y se dirigió allí. Corrió con todo su ser para llegar al monstruo, pero debido a sus movimientos tan erráticos Percy no pudo acercarse de más para no salir herido. Thalia llegó con un salto hasta Percy solo para agarrar la garra que el drakon había levantado para aplastarlo permitiendo que Percy le diese un corte en la parte anterior de su muñeca haciendo que el drakón silbara de dolor e intentara retroceder solo para que este recibiera un rayo por parte de la hija de Zeus lo que le atontó lo suficiente como para que Nico lograra sofocarlo usando los esqueletos que había invocado.

Una vez todo terminó el grupo fue a reunirse con Quirón, el cual estaba dejando que la hija de Ares se bajara de su lomo.

- Por lo que he podido ver, imagino que la cosa no ha ido bien. - Dijo Nico al ver que muy pocos hijos de Ares habían vuelto.

- No, Nico, no... - Dijo Quirón en un tono triste. - Hemos perdido a muchos de los nuestros, casi todos los hijos de Ares que habían venido y la gran mayoría de los hijos de Afrodita, los que han sobrevivido los he dejado en un lugar seguro, pero... - No llegó a terminar, pero todos pudieron entender lo que pasaba.

No hubo mucho tiempo, ya que una nueva oleada de monstruos apareció, pero esta vez con una gran cantidad de monstruos. Las calles de manhattan se había llenado de monstruos, lo que hizo que los semidioses comenzaran a verse superados.

Poco a poco Thalia vio como es que los pocos hijos de Apolo que quedaban estaban comenzando a evacuar a los semidioses que estaban heridos, lo que indicaba que habían atacado el hotel en el que estaban y se veían obligados a refugiarse en otro sitio.

Intentando que ellos no saliesen heridos, Thalia comenzó a cargar aprovechando su nueva invulnerabilidad para luchar. Lanzaba rayos todo el tiempo que podía mientras que con su lanza mataba a cada monstruo que tenía por delante, pero no había un cambio sustancial en comparación con el número inicial.

Hijo de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora