El tiempo fue pasando en el grupo de las cazadoras. Estas habían seguido viajando por todo el país cazando monstruos con la ayuda de los lobos que habían acogido. Resultó que los lobos habían sido una buena adición al grupo.
Durante este tiempo Percy había conseguido crecido y ahora estaba aprendiendo a hablar con propiedad con la ayuda de Shopie una de sus cazadoras. Por el momento podía decir cosas sencillas, pero no podía decir el nombre de los dioses. También la diosa de la luna se había dado cuenta de que el niño se habían encariñado mucho con los canes que estaban en la cacería.
Hasta el momento la alfa de la manada se había acostumbrado mucho al niño y hasta le permitía montarla en su lomo para correr y jugar mientras que los demás lobos le encantaban mucho el niño.
Actualmente el chico ya había cumplido los cuatro años. Era el tiempo de que Artemisa debía dejar al niño en el campamento. En su pecho un sentimiento que solo había sentido cuando había perdido a sus cazadoras.
Ella estaba sola en su tienda y solo quedaba un día y medio hasta llegar al campamento mestizo y ahora estaba esperando a que sus cazadoras comieran un poco para volver a ponerse en marcha otra vez.
Estaba tan metida en sus pensamientos que no se dio cuenta de la pequeña criatura que había entrado en su tienda y ahora estaba tirando de su manga.
- La comida ya está lista. - Dijo Percy llamando la atención de la diosa.
- Gracias Percy. - Dijo Artemisa para luego ponerse de pie. - Vamos a comer anda.
- Si mamá. - Dijo él con una sonrisa para salir corriendo de la tienda dejando atrás a Artemisa.
Él había cogido esa costumbre de llamarla mamá haciendo que ese sentimiento se vea más grande cada vez.
Con una sonrisa falsa que ponía cada vez que iba a una reunión con Afrodita salió de su tienda y fue con sus cazadoras a comer. El niño estaba muy feliz con la comida ya que en esta semana había estado comiendo su comida favorita todos los días.
Una vez terminaron de comer Percy se colocó su ropa para el viaje, que consistía en ropa de mangas largas y capucha con una mascarilla que le cubría la cara y se subió en Selena, la loba alfa y comenzaron a correr.
El tiempo pasó con mucha rapidez para desgracia para Artemisa y el día de mañana llegarían al campamento.
Era completamente de noche y todos estaban durmiendo, ella estaba por irse a dormir pero una presencia que no esperó tener la hizo estar alerta. Justo en a puerta de su tienda había un hombre muy parecido a Percy solo que con el pelo negro, un tono de piel saludable y ojos verde mar.
- ¿Pasa algo tío Poseidón? - Dijo la diosa sin bajar la guardia.
- Por favor no te pongas tan a la defensiva. - Dijo Poseidón pero no pudo convencer a Artemsia. - Solo he venido para contarte algo.
- ¿Cómo qué? - Dijo ella en un tono un poco hostil. - ¿Cómo que tengo a tu hijo en mi caza? ¿Qué dejaste que ese hombre matara a la madre de tu hijo? ¿Qué quieres decirme?
- ¿Cómo has sabido que era mi hijo?
- Fue fácil. - Dijo ella. - En sus primeros días no podía verlo, debido al albinismo no podía relacionarlo con ninguno de nosotros, podría ser hijo de Hipnos y no lo sabría en ese punto, pero, no fue hasta hace poco que él ha ido tomando tu apariencia. - Dijo para luego sentarse en la cama. - Pero eso no quita que has roto la promesa que has hecho.
- Puede que la haya roto, pero ha llegado a nuestros oídos que Zeus tiene también una hija semidioses y este está obsesionado de que ella es la niña de la profecía. - Dijo Poseidón llamando la atención de la diosa de plata. - Pero él no sabe de la existencia de mi hijo, por lo que también cabe la posibilidad de que sea a quien se refiere la profecía.
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Hijo de la luna
Fanfiction¿Qué pasaría si en esta línea temporal y universo al que hacen mención en la profecía se pensara que no fuese Percy sino Thalia? En este mundo Poseidón se enamora y deja embarazada a una mujer casada y, tras un incidente Percy queda solo en el bosqu...