una expulsión de por vida en CC's spa & resort

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Thalia y Annabeth habían sido separadas de Percy para luego llevarlas a un salón de masaje donde un par de chicas se hicieron cargo de los nudos de estrés que había en la espalda. Thalia nunca diría esto en voz alta, pero el masaje que recibió fue lo mejor que había probado en su vida. Por parte de Annabeth, esta guardó silencio, tanto que no sabía si le había gustado o no.

Después de eso procedieron a darle un baño de barro, como en las pelis de Hollywood, donde les pusieron hasta las rodaja de pepino en los ojos. Cuando por fin terminaron de darles mimos a las chicas las trabajadoras procedieron a llevarlas de nuevo al vestuario donde les dieron ropa limpia que consistía en un juego de ropa interior y unos vestidos iguales a los que llevaban ellas para después maquillarlas de manera sencilla.

Cuando terminaron Thalia se miró en el espejo. Solo las habían puesto sombra de ojo, pinta labios y puede que una base, ella no estaba segura, no le iba mucho el maquillaje. Pero podía ver que a Annabeth le sentaba muy bien.

Poco después de eso las dos se quedaron solas mientras las dejaban en una sala de relax con música suave y una silla de masaje.

- ¿Dónde crees que esté Percy? - Dijo Annabeth sin dejarse llevar por los mimos.

- Bueno, es albino, por lo que puede que esté en un lugar que tenga baja iluminación. - Dijo Thalia. - He visto en la entrada un cartel que tenían una de esas cosas en las que te metes y hay agua y poca luz con un poco de música.

- ¿Una cápsula de agua? - Dijo Annabeth solo para ganar un asentimiento de la hija de Zeus. - ¿Pero solo ahí? Hemos pasado mucho tiempo, ¿No debería hacer salido ya?

- Ten en cuenta que su condición limita un poco los tratamientos. - Dijo Thalia. - Pero si te sientes mejor, en un rato le preguntamos a una trabajadora.

Annabeth pareció tranquilizarse un poco. Bajo el punto de vista de la hija del trueno, ella se estaba preocupando demasiado ya que solo estaban en un spa. Después de cinco minutos de la silla de masaje un par de trabajadoras entraron para intentar llevarlas a otro sitio, pero Annabeth las detuvo para preguntar por el chico con el que habían venido.

Las trabajadoras se miraron por un segundo como si estuviesen pensando en algo, al final respondieron con una sonrisa.

- Él tiene necesidades especiales por lo que la jefa se ha hecho cargo personalmente de él. - Dijo la trabajadora con lo que parecía ser una sonrisa ensayada que no pareció engañar a Annabeth.

Después de eso las guiaron a un jardín interior donde las dejaron solas nuevamente para que estuvieran a su aire. Ahí Annabeth le contó a la hija de Zeus que no se había terminado de creer lo que había dicho la mujer les había contado sobre Percy. Thalia quería creer que solo estaba exagerando, pero nunca le había fallado su intuición por lo que decidió creerla.

Llegaron a la conclusión de que lo mejor de sería ir a hablar con la jefa directamente y pedir una explicación, también tenía pensado intimidar un poco al ser hija de Zeus. Era completamente imposible que fuese esto un spa normal y corriente en el mar de los monstruos, por lo que tenía que estar al tanto de los dioses.

Estas dos se escabulleron del jardín interior y comenzaron a moverse por el local con la intención de localizar a la jefa o su despacho para esperarla allí. Después de unos minutos llegaron a una zona de solo personal porque lo que sin dudar se metieron por ahí.

Había muchas puertas, como podrían ser habitaciones que usarían las trabajadoras y armarios con diversos útiles que usarían para sus trabajos. Después de unos cuantos minutos consiguieron llegar a una puerta doble con madera de alta calidad, las dos se miraron, era obvio que ese tenía que ser el despacho de la jefa.

Hijo de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora