Thalia la invencible

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Hades se había portado bien con ellos y los había transportado directamente a la orilla del río Estigio. En sus agua parecían escuchar lamentos y gritos de dolor que parecieron echar un poco para atrás a la hija de Zeus.

Nico le dijo que era muy poco probable que ella fracasara la prueba del río, pero ahora no le apetecía mucho. Nico la instó a acercarse a la orilla, lo que consiguió después de unos segundos diciéndole cosas para calmarla.

En el momento que se acercaron a la orilla apareció una figura que emergía del río que llevaba puesto una armadura andrajosa de la antigua Grecia y lo que parecía ser una flecha clavada en lo que parecía ser el talón de Aquiles.

- ¿Eres Aquiles? - Dijo Percy al darse cuenta de la flecha.

- No, soy Carlos Santana. - Dijo Aquiles mirando al chico. - Claro que soy Aquiles, ¿no se me reconoce directamente por la flecha?

- Bueno, ha habido muchas representaciones de tu apariencia y siempre han sido muy diferentes unos de otro. - Dijo Nico al espíritu del río Estigio. - Por lo que no es raro que se termine preguntando.

- ¿Dónde han quedado los buenos tiempos? - Dijo Aquiles lamentándose.

- Lo más seguro que en el olvido. - Dijo Thalia para rematar al hombre.

- Dejemos todo eso de lado. - Dijo Aquiles queriendo olvidar todo eso. - Si he aparecido aquí eso quiere decir que uno de vosotros quiere darse un baño en este maravilloso río que hay a mi espalda. - Dijo el con sarcasmo. - ¿Quién es el pobre incauto? - El antiguo héroe miró a los tres adolescentes y a los pocos segundos la hija de Zeus se adelantó. - La señorita será. Mira, est es un poco complicado. - Dijo Aquiles. - La gente que lo ha intentado tenían la vaga esperanza que era entrar y listo, pero no es así, tienes que tener un ancla con el mundo terrenal.

- ¿Un ancla? - Dijo Thalia sin entenderlo del todo.

- Sí, te vas a meter en un lugar que te va intentar matar, si no tienes nada que te diga que tú no perteneces a allí no vas a volver. - Explicó Aquiles. - Puede ser cualquier cosa, un amigo, tu pareja, familia, incluso tu perro, el caso es que tengas uno para que vuelvas.

- ¿Esto duele? - Dijo la chica un poco nerviosa.

- Como el diablo. - Dijo Aquiles. - Ahora venga, no tienes todo el día, los guardias deciden atacar a todo aquel que se acerca, por lo que debes darte prisa.

Después de esas palabras el espíritu desapareció del lugar dejando solo a los adolescentes. Thalia lo miró por última vez antes de meterse en el agua del Estigio.

Desde fuera todo parecía ser normal para los dos chicos que estaban expectantes de lo que pasaba allí dentro.

Con Thalia todo era distinto. Nada más meter un pie en el río esta sintió un fuerte dolor que la hizo sumergirse de golpe haciendo que un fuerte dolor la abrumara por todo el cuerpo.

A los pocos segundos ella abandonó su cuerpo mientras escuchaba los lamentos de las almas que había allí. Desde su punto de vista todo era negro, no podía abrir los ojos por el dolor y los lamentos la estaban atormentando.

Ella escuchaba como la incitaban a pensar que no valía nada, que era débil, que no podría hacer nada para parar a Luke y que se quedaría allí para siempre. Intentaba no hacer caso de lo que decía y se centraba en lo que tenía que hacer, pero poco a poco las ves se hacían cada vez más altas hasta que ya no pudo ni escuchar sus propios pensamientos.

Esta sufriendo, el dolor físico, dolor emocional, no había campo posible en el que el dolor no estaba en ella. Cuando ya pensaba que iba a ceder al dolor se hizo el silencio y una luz brilló delante de ella.

La escena que había delante de ella era una imagen idílica. Annabeth estaba sentada en una mesa del comedor mientras ella, Grover, Percy y Nico estaban hablando tranquilamente mientras comían algo.

Ella no podía oírlos, pero sabía que era algo alegre por las sonrisas delos cuatro amigos. Ella intentó acercarse a ellos con toda la fuerza que tenía y mientras avanzaba podía escuchar las voces de estos.

La conversación estaba girando a ella. Estaban hablando de como ella estaba luchando ahora mismo y cuando estaba lo suficientemente cerca pudo escuchar claramente lo que ahora estaba diciendo Percy.

- Debes aguantar. - Dijo Percy mirándola directamente a los ojos. - No nos hagas esperar más.

- Ven con nosotros. - Dijo Nico con tranquilidad. - Debes venir de vuelta.

- Si. - Dijo Annabeth mirándola. - No nos dejes, debes volver.

Después de esas palabras Thalia estiró la mano hacia la escena, pero fue interrumpida por Grover.

- Dime, ¿Cuál es tu punto débil? - Dijo Grover.

En ese momento recordó, esto haría que fuese invencible excepto por un punto que sería su unión a la mortalidad. Ella debía pensar en un lugar en el que le costase a los demás llegar a darle y que estuviese protegida. Rápidamente pensó en una parte de su pie, ella llevaba botas de cuero dura, por lo que sería difícil penetrar ese material, por lo que decidió que fuese la base del empeine, es decir la parte que estaba más pegada  a la terminación de la pierna, más específicamente la pierna izquierda ya que no era la dominante.

Poco después de eso la luz salió de su visión y ahora estaba saliendo de las aguas del Estigio con una gran bocanada de aire solo para ver como sus dos compañeros estaba siendo atacados por un montón de no muertos que no parecían hacer caso a Nico en nada de lo que intentaba decirles, por lo que rápida como el rayo fue a por ellos, lo que no esperó fue que de verdad tenía la velocidad de un rayo.

En el momento en el que tocó tierra una gran cantidad de energía eléctrica salió de su cuerpo haciendo que los no muertos se frieran y haciendo que por el momento no se levantasen. Esto hizo que los dos chicos se quedaran congelados al verla.

- ¿Estáis bien? - Dijo Thalia rápidamente.

 - Sí... - Dijo Nico apartando la mirada mientras Percy mantenía los ojos cerrados.

- ¿Qué pasa? -Dijo ella un poco preocupada por lo que estaban haciendo.

- ¿No te has dado cuenta? - Dijo Percy que mantenía los ojos cerrados mientras Nico le daba la espalda completa.

- ¿De qué? - Empezó a preocuparse más.

- ¡Estas en ropa interior! - Gritó Nico haciendo que ella alzara una ceja.

Rápidamente se miró a si misma solo para darse cuenta de que era cierto, estaba en su conjunto deportivo de ropa interior para luego soltar un grito y luego encogerse. Después de eso, Percy se quitó la camiseta y se la entregó a Thalia para que pudiese cubrirse un poco.

Una vez ella se tranquilizó un poco Nico lo agarró por la mano y saltó hacia una sombra para llegar al campamento donde se encontraron en la hoguera en la oscuridad de la noche temprana y justo delante de Quirón, el cual al notar la clara desnudez de la hija de Zeus le dio una manta para que Percy no tuviera que ir al pecho descubierto.

Una vez todos estuvieron cubiertos Quirón pidió una explicación de lo que había pasado y el porqué no habían estado en el campamento durante un tiempo. Quirón no estaba muy de acuerdo de que Thalia se hubiera marcado con el rio Estigio, pero al final no podía cambiar el pasado.

- Oye Quirón. - Dijo Thalia haciendo que este le mirase. - Sé que puede ser un poco raro, pero, ¿Podrías hacernos una foto? Siento que lo que ha pasado es algo muy importante y me gustaría tener un recuerdo de este momento.

- De acuerdo. - Dijo Quirón con una sonrisa. - Quedaría bien documentar el momento en el que un semidiós se bañó en el Estigio después de tantos siglos.

Después de unos segundos el centauro volvió con una cámara e inmortalizó el momento teniendo a los dos chicos flanqueando a Thalia la cual se había puesto la manta a modo de vestido mientras pasaba sus brazos por detrás de los cuellos de los dos chicos.

Poco sabían ellos que esa foto pasaría a la posteridad y a los anales de la historia de los que se hablarían en un futuro en el campamento Mestizo.

Hijo de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora