¿Quién dijo que iba a ser fácil? Es obvio que cuanta más gente quieres más más esfuerzos tienes que hacer para protegerlos, pero no poder hablar... No poder hacer públicas tus intenciones puede ser el punto de inflexión en tu vida. Ha riesgo de perd...
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Ocho meses.
Ocho meses han trascurrido desde que llegamos a la ciudad de Beacon Hills. Ocho meses en los que mi vida ha dado un giro de 180º.
Ocho meses desde que conocí a Scott McCall, Stiles Stilinski y Derek Hale.
Tres personas que lograron cambiar mi mentalidad radicalmente. Antes de conocerlos me resultaba terriblemente complicado acercarme a personas ajenas a mi familia. Ellos cambiaron esto. Consiguieron meterse bajo mi piel y volverse en poco tiempo en parte de los pilares que sostenían mi vida.
Sin embargo, era preciso señalar que desde que los había conocido me había visto envuelta una y otra vez en un sinfín de problemas sobrenaturales.
Desde la aparición de un Alfa que le otorgó a Scott su condición de licántropo hasta la transformación de Jackson Whittemore en Kanima. Además, los Argent, antigua familia de cazadores experimentados y culpables de mis más grandes pesares, habían estado más cerca de nosotros de lo que nunca imaginé.
Concretamente, una de ellas iba a la escuela con nosotros. Allison Argent, la cazadora más joven de la familia y que se plantaba cagada tras cagada de forma magistral, y a pesar de todo, Scott estaba pillado por ella hasta las trancas.
¿Cómo era posible? No tenía respuesta para esa pregunta. Era algo inconcebible para mí.
Desde el primer momento que tuve constancia de su intento de relación supe que no iba a terminar bien. Y efectivamente así sucedió. En pocos meses Allison se fue a Francia sin pretender arreglar ni uno solo de los conflictos que generó.
Y es que, por muy bien que me hubiera caído al principio la chica, se había ido ganando mi odio de forma gradual. No solo había intentado darnos caza a Scott, a Derek y a mí la noche del baile de primavera, sino que se había aliado con su abuelo el psicópata y había roto el dulce corazoncito de Scott, lo cual siempre sería un plus. Por no olvidar que su tía y su abuelo fueron los asesinos de mi madre, su madre intentó matarnos a Scott y a mí, y ella intentó matar a Derek y su manada.
Definitivamente, podía asegurar que en estos momentos no compartiría con ella mi tiempo libre. De ninguna manera.
"Ella no tiene la culpa de lo que haya hecho su familia" pensaréis algunos... Ciertamente, pero ese razonamiento a mí no me servía. Había visto en primera fila la transformación que había sufrido la morena desde que la conocí, y estaba convencida de que al final, independientemente de sus preferencias, ella terminaría decantándose por su familia... Cosa que había hecho.
Scott mantenía que no era como su familia, pero lo que habían visto mis ojos corroboraba todo lo contrario.
El buenismo y optimismo que se gastaba Scott eran tan irreales que en ocasiones me daban ganas de golpearle hasta el cansancio para traerle de vuelta a la cruda realidad que vivíamos. Durante todas las vacaciones había estado ayudándole ocasionalmente a estudiar porque sus terribles notas le impedían jugar lacrosse... Deporte que Stiles había estado practicando con nuestra ayuda para formar parte del equipo titular, aspecto que a mi modo de ver carecía de importancia dada su destreza en la final del campeonato meses atrás.
