—No me lo puedo creer —gruñí adentrándome a la vacía biblioteca.Vacía salvo por los gemelos, que se encontraban sentados en una de las mesas balanceando sus pies como si nada hubiera pasado.
Yo me limité a adentrarme a la estancia, dedicándoles una furibunda mirada y dejando mi bolso sobre una de las mesas antes de sacar mi móvil y los auriculares, dispuesta a colocar los libros desperdigados por el lugar en las estanterías para poder irme cuanto antes, ignorando por completo la presencia de ambos Alfas mientras mi cabeza era taladrada por la música a todo volumen.
Ignoro cuanto tiempo se mantuvo la paz hasta que Ethan apareció a mi lado con una montaña de libros, que rápidamente colocó en las estanterías, para después quitarme uno de los auriculares del oído.
—¿Podemos intentar llevarnos bien? —preguntó suavemente.
No podía negar que aquello me sorprendió en demasía, y que se evidenció cuando los dos libros que me quedaban en la mano fueron a parar al suelo.
—Dudo mucho que podamos llevarnos bien cuando tu hermano es un imbécil integral —me limité a decir, colocándome de nuevo el auricular y continuando con mi tarea.
Pero Ethan volvió a quitarme los auriculares de las orejas, obligándome a rodar los ojos.
—Sí... supongo que tienes razón —murmuró—. De pequeño se le cayó a nuestra madre de la cuna.
—¡Te oí, Ethan! —se quejó el otro gemelo, consiguiendo que mis labios se arrugaran en una mueca.
Ethan, a mi lado, se encogió de hombros y me dedicó una suave sonrisa que me obligó a fruncir el ceño. Todo esto me parecía terriblemente raro. ¿Por qué demonios estaba actuando de esta forma tan pacifista?
—Siento lo de esta mañana —volvió a decir, caminando hasta uno de los carritos y arrastrándolo hasta mi posición—. Mi hermano en ocasiones puede ser un tanto cargante.
—Me estás cansando de ponerme verde a mis espaldas —interrumpió Aiden, apareciendo al fondo del pasillo y acercándose a nosotros para coger un libro del carro y meterlo en la estantería.
—Pero tiene razón —me limité a decir, centrando mi atención en la estantería, siendo imposible contener la risilla que escapó de mis labios cuando a mis oídos llegó el bufido del Alfa.
Dispuesta a irme de ese lugar cuanto antes, me giré hacia el carrito para agarrar otro montón de libros, sin embargo, Ethan se encontraba en mi camino con una de sus manos extendida hacia mí. Yo simplemente alcé una de mis cejas y me crucé de brazos sin bajar en ningún momento la guardia.
Realmente no me fiaba ni un pelo de ellos.
—Ethan Steiner. Un placer —comentó el chico con una diminuta sonrisa en sus labios.
Sin poder evitarlo mis ojos se dirigieron hacia Aiden, que observaba a su hermano como si le hubiera salido una segunda cabeza, y estaba convencida de que la expresión que adornaba en esos momentos mi rostro era exactamente idéntica que la del rabioso gemelo.
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The Last Sacrifice |Derek Hale x OC|
أدب الهواة¿Quién dijo que iba a ser fácil? Es obvio que cuanta más gente quieres más más esfuerzos tienes que hacer para protegerlos, pero no poder hablar... No poder hacer públicas tus intenciones puede ser el punto de inflexión en tu vida. Ha riesgo de perd...