A pesar de la intensa tormenta que nos rodeaba en ese momento, y que estaba segura de que era causada por los poderes de Jennifer, la rápida carrera de Fenrir por la ciudad siguiendo el aroma de Deucalion se me hizo extremadamente corta. Quizás por su habilidad sobrenatural o quizás por la intensa noche que estábamos afrontando.Tampoco es que quisiera pensarlo demasiado.
Sólo quería que todo esto terminara de una vez, volver a casa, disfrutar de una copa de vino y si era posible, abrazar a mi hermano como hacía tiempo que no hacía.
Fenrir, sin molestarse en disminuir su velocidad, atravesó la puerta de un gran almacén, levantando una espesa nube de polvo cuando clavó sus patas en el suelo, provocando que yo levantara suavemente mi cabeza para ver cómo Derek, Scott y Jennifer observaban patidifusos la imponente figura de Fenrir.
Y es que los entendía a la perfección.
Ver a un lobo de aproximadamente dos metros de alto... no era agradable a la vista, y menos cuando sabías que tu integridad dependía de lo lejos que estuvieran los afilados colmillos que sobresalían de su boca de tu frágil cuello.
Deucalion, por el contrario, se mantuvo firme sin mostrar algún atisbo de sorpresa en su rostro, y es que a pesar de que era ciego, estaba segura de que podía percibir sin ningún problema la fuerza que desprendía el lobo.
—Llegas tarde —habló el viejo—. De hecho... Dudaba seriamente de que fueras a venir... Después de todo...
Yo solo pude centrar mi obvia mirada en su figura, que todavía me daba la espalda, y muy a duras penas contuve las ganas de hacerle burla como si de una niña de cinco años me tratara. Pero dejé abandonado mi infantil impulso y esbocé una diminuta sonrisa, recordando las palabras que me había dicho Brianna horas atrás en mi subconsciente.
—El sol saldrá mañana —comenté con burla, disfrutando de cómo los músculos de su espalda se tensaban ante mis palabras—. Me dijo mi madre que te lo dijera.
Sin recibir respuesta alguna, rodé mis ojos y bajé del cuerpo de Fenrir de un salto antes de dejar caer el montón de ropa que llevaba entre mis brazos al suelo y darme cuenta de que el lobo también me observaba extrañado.
—Ya te lo explico luego —susurré hacia él, viendo cómo asentía imperceptiblemente con su cabeza.
—¿Y Kali y los gemelos? —preguntó el hombre, ignorándome descaradamente.
Siendo perfectamente consciente de esto, me acerqué al hombre y clavé mi codo en su costado como si nos tratásemos de los más grandes amigos.
—Probablemente muertos —comenté, estirando mis labios en una amplia sonrisa en su dirección—. He visto a mi madre.
Ante mi insistencia, él golpeó mi cabeza con su bastón, arrebatándome una suave risilla antes de que apresara mi labio inferior con suavidad entre mis dientes.
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The Last Sacrifice |Derek Hale x OC|
Fanfic¿Quién dijo que iba a ser fácil? Es obvio que cuanta más gente quieres más más esfuerzos tienes que hacer para protegerlos, pero no poder hablar... No poder hacer públicas tus intenciones puede ser el punto de inflexión en tu vida. Ha riesgo de perd...