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En escasos minutos llegamos al Nemeton y una risilla escapó de mis labios cuando Fenrir, con una increíble delicadeza me depositó sobre el tocón de madera antes de darse la vuelta y lanzar un fuerte aullido que invadió aquel siniestro lugar

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En escasos minutos llegamos al Nemeton y una risilla escapó de mis labios cuando Fenrir, con una increíble delicadeza me depositó sobre el tocón de madera antes de darse la vuelta y lanzar un fuerte aullido que invadió aquel siniestro lugar.

—¡SACÁDNOS DE AQUÍ! —berreó instantáneamente la voz de Ada, provocando que mis labios se ampliaran en una gran sonrisa cuando descaradas carcajadas corearon el berrido de mi Beta.

Fenrir simplemente me dedicó una mirada de advertencia antes de acercarse a unas puertas de madera, abriéndolas de un fuerte tirón, adentrándose por ellas.

—Está bloqueado.

Cuando la tranquila voz del sheriff llegó a mis oídos, me levanté de un fluido movimiento de mi posición y me acerqué a las solitarias puertas por las que había desaparecido Fenrir y seguí sus pasos, sin embargo, no avancé mucho antes de analizar el panorama que había allí abajo y chistar con mi lengua.

—¡Lie!

El agudo y desesperado chillido de Beth me hizo esbozar una sonrisa mientras la buscaba entre todos los rostros que había en aquel sótano, comprobando de paso que todos mis Betas estaban en perfectas condiciones, hasta que la encontré al fondo del grupo, con sus brazos estirados hacia mí.

—¿Estáis todos bien? —pregunté con suavidad, antes de que el olor a humo llegara a mis fosas nasales—. ¿Kath?

—Sácame de aquí, Nealie —masculló la morena, apareciendo detrás de Beth para dejarme ver su impasible rostro—. Me estoy quedando sin cigarrillos... Además, huele a ratas traicioneras.

Concluyendo, por la fulminante mirada que le dedicaba a Stiles que se refería a él, rodé mis ojos antes de que Fenrir envolviera mi antebrazo y me arrastrara fuera de aquel lugar.

—¿Qué demonios hacemos? —mascullé, volviendo a sentarme en el Nemeton y rascando con fuerza mi cuero cabelludo.

Era consciente de que si bajábamos a aquel sótano y comenzábamos a toquetear los escombros, lo más probable es que todo terminara por venirse abajo, así que no podíamos sacarlos por esas puertas y, por tanto, teníamos que encontrar una vía alternativa, ¿pero cuál?

—Los dos chicos iban a ir a por unas escaleras.

La voz de Fenrir me sacó de mis pensamientos, haciendo que subiera mis ojos hacia él para ver cómo se plantaba frente a mí, con sus brazos cruzados sobre su pecho, y alzaba las comisuras de sus labios del mismo modo que yo alcé una de mis cejas, interrogante.

—Te hubieras enterado si no te hubieras dedicado a dormitar después de intentar matarte... otra vez.

—¡¿QUÉ?! —berreó Seth desde el agujero, provocando que apresara con fuerza mi labio inferior entre mis dientes—. ¡PASTELITO! ¡NO! ¿Por qué siempre haces estas locuras?

—¿Quieres dejar de llamarla así? —se quejó Katherina, consiguiendo que mis labios se estiraran en una diminuta sonrisa antes de que hiciera gala de su venenosa actitud—. Eres un cansino... pastelito para acá, Pastelito para allá... Tu extrema pastelosidad hace que se me derritan los dientes cada vez que abres la boca con tanta dulzura.

The Last Sacrifice |Derek Hale x OC|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora