¿Qué son los remordimientos? Los remordimientos se pueden definir como los sentimientos de culpabilidad que tiene una persona por algo que ha hecho o la intranquiliza.
Tomando en cuenta esa definición, ¿yo sentía remordimientos? Mentiría si dijera que sí. Me habían golpeado tantas veces emocionalmente que había logrado enfriar mi corazón hasta el punto de no sentir absolutamente nada.
No podía sentir.
¿Eso era posible? ¿Una persona podía dejar de sentir?
La respuesta es sí, de hecho, muchas personas considerarían mi estado actual como levantar unas barreras en torno a tu corazón. Como levantar murallas en torno a un castillo, murallas cada vez más altas y robustas, hasta que resulta imposible ver más allá.
Este concepto no es algo inventado ni irónico. Es cien por ciento real.
Se produce cuando la persona se siente tan vulnerable, o el dolor puede llegar a ser tan intenso, que se desconecta de forma inconsciente.
Anhedonia lo llaman los Psicólogos.
Anhedonia o defensa de nuestro cerebro tras un momento puntual que nos previene del malestar, pero al mismo tiempo también nos priva de las emociones positivas. Se produce un aislamiento emocional para no sufrir.
Como cuando te anestesian antes de una operación, pero no es algo bueno. No. Porque te conviertes en un robot carente de emociones.
No te interesa nada. No te interesa el cariño que pueden darte. Ni tampoco te molestas en darlo. Nada te produce placer ni te emociona.
Dejas de sentir para bien... y para mal.
Puedes seguir viviendo... De hecho, sigues viviendo, ¿pero qué clase de vida es esa?
Acaso una vida en la que no sientes nada... ¿Merece la pena vivirla?
Es evidente que no puedes elegir cuando sufrir y cuando no. Del mismo modo que yo no había podido elegir desconectar mi corazón de mi cerebro, tal y como había sucedido.
Porque no sentía nada.
Ni decepción, ni rabia, ni amor, ni cariño... ni remordimientos. Nada.
Esa semana se me había pasado lenta y tortuosamente. A pesar de que Katherina había intentado de mil y una maneras que reaccionara, yo me limitaba a mantener mis ojos al frente y a continuar con mi insignificante vida.
Pero todo era peor ese día martes trece de septiembre.
No solo era mi cumpleaños, no... El trece de septiembre también se celebraba el aniversario del asesinato de mi madre adoptiva.
Los supersticiosos decían que el martes 13 era el día de la mala suerte. ¿Eso quería decir que ese día iba a ser todo peor?
La gente suele emocionarse cuando llega el día de su cumpleaños, yo no. Jamás podría alegrarme de cumplir años, porque eso sería celebrar la llegada al mundo de un monstruo como yo... Y eso no es algo que celebrar.
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The Last Sacrifice |Derek Hale x OC|
Fanfiction¿Quién dijo que iba a ser fácil? Es obvio que cuanta más gente quieres más más esfuerzos tienes que hacer para protegerlos, pero no poder hablar... No poder hacer públicas tus intenciones puede ser el punto de inflexión en tu vida. Ha riesgo de perd...