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Ignoraba la hora que era, pero estaba convencida de que todavía era de madrugada, la escasa luz que entraba por el gran ventanal me lo dejaba en claro

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Ignoraba la hora que era, pero estaba convencida de que todavía era de madrugada, la escasa luz que entraba por el gran ventanal me lo dejaba en claro.

No entendía que maldito loco psicópata podría llamar a esas horas, por esa misma razón, ignoré por completo la vibración de mi móvil y me giré entre los brazos de Derek para hundir mi nariz en su cuello, dispuesta a volver a conciliar el sueño.

Un sonoro suspiro se deslizó de mis labios cuando el loft volvió a quedarse en silencio... Suspiro que fue sustituido por un grave gruñido cuando fue el móvil de Derek el que sonó esta vez.

—Por Odín...

Ese rabioso murmullo escapó de mis labios antes de que metiera mi cabeza bajo la almohada, siendo esta vez Derek quién dejó escapar un gemido la mar de caliente antes de agarrar su móvil y llevárselo a la oreja.

—¿Qué ocurre? —masculló Derek.

La preocupada voz de Scott me obligó a sacar mi cabeza de debajo de la almohada, dispuesta a escuchar hasta la última palabra del chico.

Me ha llamado Stiles... Dice que no sabe dónde está, ¿podrías... ya sabes, ayudarnos a buscarlo? Dijo que estaba en un sótano industrial... He estado llamando a Lie, pero no me lo coge.

Perdiendo todo atisbo de sueño en segundos, pateé las sábanas lejos de mi cuerpo y busqué frenética una de las camisetas de Derek para enfundarme en ella.

—Cuando encontremos algo te llamaremos —se limitó a decir Derek.

Inmediatamente colgó la llamada y se vistió con rapidez, dejándome sentir las penetrantes miradas que me dedicaba por el rabillo de su ojo.

—¿Qué pasa? —pregunté.

—Tú no sabrás lo que está pasando, ¿verdad?

—Creo que Stiles está poseído —susurré, calzándome las botas y dedicándole una rápida mirada.

—¿Es en serio?

Yo solo me encogí de hombros antes de encaminarme a la puerta, sin embargo fui detenida por su agarre cuando sus dedos se envolvieron en torno a mi mano.

—Ni pienses que te voy a dejar salir así...

Cuando él recorrió mis piernas desnudas con sus ojos, yo me limité a rodar mis ojos y crucé mis brazos sobre mi pecho, viendo cómo él abría uno de los cajones y me tendía unos pantalones deportivos.

—No voy a ponerme eso —zanjé, volviendo a encaminarme a la puerta.

—Es la noche más fría del año —insistió él.

Yo volví a rodar mis ojos cuando él entró junto a mí al ascensor, sacudiendo los pantalones de un lado a otro, lo que me llevó a agarrar la prenda de un rápido movimiento y lanzarla fuera del cubículo antes de que las puertas se cerraran frente a nosotros.

The Last Sacrifice |Derek Hale x OC|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora