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Muchas veces me pregunté qué se sentiría al morir

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Muchas veces me pregunté qué se sentiría al morir. ¿Dolería? ¿Había algo más allá? ¿Tendríamos una segunda oportunidad? ¿Reencarnaríamos? ¿Podríamos enmendar nuestros errores de la vida pasada en una vida futura?

Demasiadas preguntas para las que nadie tenía respuesta, sin embargo, y a pesar de que no pensaba morir tan pronto, consideraba que así mismo me encontraba en esos momentos. Muerta en vida, y todo empeoraba a medida que transcurrían los segundos y Derek permanecía ahí, a mi lado, sin mover ni uno solo de sus músculos, simplemente recorriendo mi rostro con sus ojos una y otra vez.

—Discúlpame, pero creo que no te entendí bien —comentó él con humor, liberando mi hombro de su agarre sin borrar la sutil sonrisa de sus labios.

—Me has entendido a la perfección, Derek —murmuré, sintiendo cómo la furia comenzaba a correr por mis venas.

Y es que, bastanet complicado me estaba resultando ya tener que hacer esto, como para que él me pusiera más trabas.

Frotando mis manos sudorosas contra los muslos de mi jean me levanté del sofá y me acerqué a las botas para calzármelas con rapidez, siendo consciente de su impasible mirada sobre mi persona mientras mis ojos volvían a aguarse.

Los escasos segundos que prosiguieron a mis palabras se me hicieron eternos. El tenso silencio que nos rodeaba era únicamente roto por nuestras pesadas respiraciones y los intensos latidos de mi corazón, que martilleaba en mi pecho como si fuera a saltar de su lugar.

—¿Tenemos que dejar de vernos? ¿Por qué? —preguntó él con un tenso tono de voz, provocando que huyera de su mirada ocultando mi rostro tras mi pelo—. Estamos bien. Ayer estábamos bien... ¡Incluso esta mañana en la maldita escuela estábamos bien!

—Debemos dejar de vernos —le corregí, dedicándole una rápida mirada, viendo como él rodaba sus ojos.

—Gilipolleces. Explícate —rumió él volviendo a clavar sus ojos en mi figura, provocando que apretara fuertemente mis manos en puños.

Siendo consciente del aroma a decepción que comenzaba a desprender su cuerpo, apreté mis labios en una fina línea sabiendo que si abría mi boca en ese momento estropearía todo el desastroso plan que había urdido en mi mente para poder mantenerle a salvo, y era algo que no podía permitir.

Ante todo, mi objetivo era mantener a Derek lo más alejado de los Alfas como me fuera posible, y si eso significaba que tenía que destrozarme anímicamente en el proceso, lo haría sin ningún tipo de remordimiento y contemplación. Por eso, sin despegar mis ojos del suelo respiré hondamente, convenciéndome de que lo que estaba haciendo era lo mejor para todos.

Sin saber qué más decir, cerré por unos segundos mis ojos, sabiendo que no había marcha atrás en esto y que esto era una despedida, me acerqué con lentitud al sofá y agarré mi chaqueta para colocármela con rapidez.

The Last Sacrifice |Derek Hale x OC|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora