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Mis dedos masajearon cuidadosamente los tensos hombros de la chica mientras la sonrisa se ampliaba aún más al sentir cómo ella se revolvía entre mi férreo agarre

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Mis dedos masajearon cuidadosamente los tensos hombros de la chica mientras la sonrisa se ampliaba aún más al sentir cómo ella se revolvía entre mi férreo agarre.

—No quería tener que hacer esto... —comenté en un tranquilo susurro, acercando mis labios a su oreja—. Pero ya me la jugaron una vez... y no pienso dejar que vuelvan a joderme. Te aviso desde este preciso momento de que estás en MI territorio. Si se te ocurre pasarte de lista, no dudaré en perfeccionar contigo mi técnica para arrancar corazones de pechos humanos.

—Lie... —susurró un Scott aterrorizado, haciendo que chistara con mi lengua, mandándole callar en el acto.

—No me jodas... y yo no te joderé a ti, ¿de acuerdo? —comenté—. Entre bomberos... no nos pisemos la manguera.

Acompañando a mi burlón tono de voz, mis dedos repiquetearon con suavidad en los hombros de la chica antes de que me enderezara y compartiera una cómplice mirada con Katherina, quien mantenía sus ojos apretados en una tensa mueca, supongo que para evitar que alguien se percatara de la sonrisa que adornaba su rostro... aspecto en el que fracasó completamente.

Dando por terminada la charla, agarré el mentón de Kira entre mis dedos, obligándola a centrar sus ojos temerosos en los míos antes de separarme de ella y alejarme de aquella mesa, siendo consciente de la risilla de Kath a mis espaldas mientras caminábamos de regreso a la escuela.

Estaba dispuesta a reprocharle su mal actuar, sin embargo, el tono de llamada de mi nuevo móvil distrajo todas mis intenciones.

—¿Sí? —pregunté cuando leí el número desconocido de la pantalla—. ¿Hola? —insistí cuando no obtuve respuesta al otro lado.

Dispuesta a colgar la llamada, aparté el aparato de mi oreja, sin embargo, antes de que diera por terminada la llamada, una voz extremadamente conocida llegó a mis oídos.

Me alegra saber que sigues estando viva —comentó esa voz de hombre, provocando que todos y cada uno de los vellos de mi cuerpo se erizaran.

—Veo que tú también sigues vivo —me limité a decir, estirando mis labios en una diminuta sonrisa—. Deucalion.

Te preguntaría por nimiedades sin sentido... —continuó diciendo el hombre, haciendo que volviera a enlazar con mi mirada con la de Katherina, quien imitó la mueca de mis labios—. Pero creo que te va a interesar más... la información que he conseguido en este último tiempo.

—¿Es importante? —pregunté con suavidad, recibiendo como única respuesta un sonido afirmativo por parte del hombre—. Entonces, ¿a qué estás esperando, viejo?

—¿Es Deucalion? —preguntó con humor Katherina, recibiendo un asentimiento de cabeza de mi parte—. ¡Ey, viejo! Esto está muy tranquilo sin ti por aquí.

—Seguís siendo igual de irrespetuosas... las dos —masculló el viejo, arrebatándome una suave carcajada—. En fin... Tu amado Derek es cautivo de unos cazadores de México... Consideré necesario que... lo supieras.

The Last Sacrifice |Derek Hale x OC|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora