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Ignoraba cuánto tiempo había transcurrido desde que Scott había entrado junto a Lydia a la mente de Stiles, pero comenzaba a desesperarme

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Ignoraba cuánto tiempo había transcurrido desde que Scott había entrado junto a Lydia a la mente de Stiles, pero comenzaba a desesperarme.

Estaban demasiados quietos... demasiado inmóviles... y el silencio que me rodeaba empezaba a ser insoportable.

Había recorrido innumerables veces el salón, conteniendo difícilmente las ganas de morderme las uñas hasta quedarme sin ellas e ignorando descaradamente la petición de Seth de que mantuviera la calma.

Volviendo a acercarme a la mesa, agarré la última loncha de queso y me la metí entera en la boca, para después girarme con brusquedad cuando Melissa habló agobiada.

—Mira eso, ¿lo ves? Está sangrando.

Ante las palabras de la mujer, me acerqué de nuevo al sofá para ver aterrorizada cómo un leve reguero de sangre manaba de la nariz de Lydia.

—¿Qué le pasa? ¿Qué está pasando? —insistió Melissa.

—Eso no está para nada bien —jadeé estremeciéndome cuando Seth frotó mis brazos con sus manos.

—Estará bien —aseguró mi Beta mientras Peter se arrodillaba bruscamente frente a Lydia.

—Lydia —habló Peter, envolviendo el cuello de la chica con sus manos para levantar ligeramente su cabeza—. Lydia, ¿puedes oírme? Lydia eres más fuerte que esto. ¡Oyes! ¡Necesitas concentrarte, Lydia!

Cuando el hombre no recibió ningún tipo de respuesta por parte de la chica... ni siquiera una respiración más profunda que las anteriores, gritó tan fuerte que tuve que cubrirme mis oídos con las manos.

—¡LYDIA! ¡Lydia! ¡Lydia!

Mi cuerpo volvió a estremecerse cuando Lydia tomó una gran bocanada de aire, dándonos la pista de que estaba bien a pesar de que no abrió sus ojos.

Después de lo que me parecieron eternos minutos, Scott abrió bruscamente sus ojos y liberó a Stiles y Lydia de sus garras, quienes también abrieron sus ojos y tomaron una gran bocanada de aire, momento en el que me permití respirar aliviada.

—¿Ha funcionado? ¿Ha funcionado?

Un Scott acelerado y completamente recuperado del momento rodeó el sofá y se colocó frente a su mejor amigo mientras Lydia se levantaba bruscamente y la cabeza de Stiles caía inerte hacia delante, lo que aproveché para acercarme a él y levantar su cabeza con delicadeza para examinar las heridas de su nuca.

Ignorando los susurros para nada disimulados de Peter y Lydia, golpeé suavemente las mejillas del castaño hasta que despertó, sin embargo, cuando él agitó frenéticamente sus brazos, Seth agarró mis antebrazos con firmeza y me alejó del chico.

—¿Estás bien?

La pregunta del Beta llegó a mis taponados oídos mientras observaba incrédula cómo Stiles se quitaba la cinta que anteriormente Deaton había puesto sobre sus labios para después volver a llevarse ambas manos a la boca y comenzar a sacar una sucia e interminable venda.

The Last Sacrifice |Derek Hale x OC|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora