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—¿Estás bien?

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—¿Estás bien?

La preocupada pregunta de Scott hizo que compartiera una cómplice mirada con Katherina antes de pasar el dorso de mi mano por mis labios para limpiar el reguero de sangre.

Obviamente no estaba bien... no había que ser un adivino para saberlo.

—¿Qué vais a hacer ahora? —pregunté con brusquedad, dirigiendo mis ojos hacia ambos chicos mientras rebuscaba mi móvil en el bolso.

—Tenemos que ir a hablar con Derek... tiene que saberlo —se apresuró a contestar el moreno, eliminando todo signo de licantropía de su cuerpo.

Yo asentí con mi cabeza mientras alzaba las comisuras de mis labios en una mueca y al mismo tiempo buscaba el contacto de Ethan para llamarle.

—Por supuesto... —comenté, clavando mis ojos en él y llevándome el móvil a la oreja—. Supongo que Jennifer querrá seguir manteniendo su teatro con él... Debéis convencerle de lo que está pasando... ¡COMO SEA!

—¿Tú qué vas a hacer? —preguntó Scott, haciendo que arrugara mi rostro en una mueca.

—No creo que sea de tu incumbencia —zané, envolviendo la mano de Kath con mis dedos para arrastrarla hacia la puerta—. Solo quedan los guardianes y el primero de ellos ya ha sido secuestrado... Cuando termine este grupo de sacrificios será imposible pararla, así que seguir haciendo el capullo como hasta este momento, y nos irá de maravilla.

Y sin esperar una respuesta de su parte, salí del aula y me llevé el móvil a la oreja mientras la voz de Ethan clamaba mi nombre una y otra vez.

¡Al fin! ¿Qué ha pasado? —preguntó el chico al otro lado de la línea.

—Jennifer Blake es el Darach, ha intentado matar a Lydia y se ha llevado al padre de Stiles —expliqué resumidamente, provocando que él chistara con su lengua—. Yo iré al loft de Derek... Necesito que informéis a Deucalion de lo que está pasando y que me llames en cuanto sepáis qué vais a hacer después... Además, ahora te pasaré algo que es de vital importancia que le enseñéis al viejo, ¿de acuerdo?

De acuerdo... —murmuró él, consiguiendo que mis labios se estiraran en una diminuta sonrisa cuando siguió hablando—. ¿Tú estás bien?

—Todo lo bien que podría estar en mi situación —me limité a decir antes de colgar la llamada y volver a guardar el móvil en el bolso—. Como sé que si te digo que te vayas a casa no me vas a hacer caso te pregunto... ¿confías en mí?

—Hasta con los ojos cerrados —respondió Katherina, dándole un suave apretón a mi mano mientras caminábamos apresuradas por los pasillos de la escuela.

Sin embargo, cuando abrí la puerta de la escuela mi ceño se frunció levemente al ver la intensa tormenta que azotaba Beacon Hills en esos momentos.

—Pero no sé si es correcto que cojas la moto en tu estado —murmuró ella mientras avanzábamos hacia el aparcamiento.

Rodando mis ojos, me senté en el vehículo de un ágil salto y me coloqué el casco con rapidez, chistando hastiada con mi lengua cuando una fuerte corriente de aire amenazó con tirarme de la moto.

The Last Sacrifice |Derek Hale x OC|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora