La vibración del móvil que sostenía en mi mano distrajo por unos segundos mi atención, haciendo que rápidamente descolgara la llamada y me llevara al aparato al oído.—¡Al fin! ¿Sabes cuántas veces te he llamado, idiota? —reproché.
Mi hermano dejó escapar un bufido mientras a mis espaldas se abría la puerta de la casa y Derek entraba al salón, rugiendo como un loco.
—¿Tú? ¿Qué haces con el móvil de Scott? ¿Quién ha rugido? ¿Qué demonios pasa ahora?
—¡Necesito que vayáis al hospital a vigilar a Stiles! —chillé con fuerza ante los constantes golpes, rugidos y estruendos que me rodeaban en ese momento—. ¡Puede ser Stiles! ¡Tenéis que defenderle de los Oni!
—Pero se supone que los Oni...
—¡Buscan un Nogitsune... y tengo sospechas de que puede ser él! ¡Tenéis que protegerle!
Y sin nada más que decir, sabiendo que él se encargaría del resto, colgué la llamada y dejé el aparato sobre un mueble antes de salir de mi segura posición junto a Melissa y el Agente McCall mientras mis garras hacían acto de presencia, acompañadas por mis colmillos y mis relucientes ojos.
—¡Mamá, la ceniza!
El grito de Scott hizo que dirigiera por unos segundos mis ojos hacia la mujer para poder ver cómo sostenía entre sus manos un tarro negro.
Adentrándome al salón, dispuesta a lo que fuera para salvar mi pellejo una vez más, vi cómo Derek y Scott esquivaban los rápidos ataques de los Oni, sin embargo, cuando uno de esos Guerreros Oni se materializó a espaldas de Kira, dejé mi pasividad a un lado y permití que un potente rugido se deslizara de mis labios al mismo tiempo que los gemelos entraban a la casa rompiendo una de las ventanas.
Una de mis cejas se enarcó al ver cómo el Oni blandía su espada, por eso, sin perder tiempo, me lancé contra él y esquivé ágilmente sus ataques, haciendo uso de los conocimientos de combate que tenía gracias a Viggo.
Sabía que a base de golpes no podría acabar con él. La noche anterior Derek le había roto el cuello a uno de ellos y no había servido de absolutamente nada... así que... ¿Cómo demonios se mataba a un Oni?
Un jadeo escapó de mis labios cuando el Oni pateó mi pecho y me lanzó contra una de las paredes, provocando que un nuevo rugido escapara de mis labios antes de lanzarme una vez más contra esa cosa.
Por el rabillo de mi ojo vi cómo los gemelos sacaban de un empujón al Oni contra el que peleaban de la casa y seguidamente Scott hacía lo mismo. Entonces, uní los cabos. La ceniza que sostenía Melissa, sacar a los Oni de la casa...
Cuando el Oni que tenía en frente, blandió la espada hacia mí, de un manotazo desvié su trayectoria y pateé con fuerza su abdomen, lanzándole por la misma ventana por la que habían entrado los gemelos, dejando escapar un silbido sorprendido al darme cuenta de la increíble fuerza que acababa de utilizar en una simple patada.
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The Last Sacrifice |Derek Hale x OC|
Fanfiction¿Quién dijo que iba a ser fácil? Es obvio que cuanta más gente quieres más más esfuerzos tienes que hacer para protegerlos, pero no poder hablar... No poder hacer públicas tus intenciones puede ser el punto de inflexión en tu vida. Ha riesgo de perd...