¿Quién dijo que iba a ser fácil? Es obvio que cuanta más gente quieres más más esfuerzos tienes que hacer para protegerlos, pero no poder hablar... No poder hacer públicas tus intenciones puede ser el punto de inflexión en tu vida. Ha riesgo de perd...
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—En una semana será tu cumpleaños, y creo que ya eres lo suficientemente mayor para saber algunas cosas, Lie —habló suavemente mamá, arrodillada frente a mí para envolver mis manos entre las suyas—. He pensado muchas veces cómo hacer esto, pero creo que no hay un modo adecuado para poder hacerlo.
Durante eternos segundos mantuve mis ojos fijos en el rostro preocupado de mamá mientras Viggo a mi lado tensaba considerablemente su cuerpo.
—Cuando era joven, tenía una muy buena amiga que también era una Alfa muy poderosa y por eso corría peligro constante. Cuando se quedó embarazada, estuvo escondiéndose durante mucho tiempo, para que los cazadores no encontraran a su bebé, pero al final la encontraron y, por el miedo de que pudiera pasarle algo a su bebé, la dejaron con nosotros antes de escapar de nuevo.
Yo asentí con mi cabeza, entendiendo a la perfección lo que mamá intentaba decirme, pues era muy consciente de que nosotros también debíamos escondernos de los cazadores. Por lo que entendía a la perfección que esa amiga suya tuviera que dejar a su bebé con gente que pudiera protegerlo. Sin embargo, si esa mujer había dejado a su bebé con nosotros, ¿dónde estaba ahora esa bebé?
—Yo... Lie... —balbuceó mamá, haciendo que le dedicara una suave sonrisa—. Esa bebé eras tú.
Esas simples palabras consiguieron que la mueca de mis labios desapareciera mientras mi cerebro dejaba de procesar las palabras que se deslizaban sin descanso de los labios de mamá mientras mis ojos terminaban por clavarse en mis temblorosas manos, siendo incapaz de sentir absolutamente nada.
Durante doce años había querido a esa mujer que estaba delante de mí, pero todo ese amor había desaparecido en segundos al ser consciente de que esa mujer que había llamado mamá durante todo este tiempo estaba muy lejos de serlo.
—¿Lie? —preguntó la suave voz de Viggo.
Yo separaré su mano de mi hombro de un golpe antes de levantarme bruscamente del sofá y salir escopetada de casa siendo imposible contener los intensos temblores de mi cuerpo.
Sin poder pensar en absolutamente nada, corrí por las calles de la ciudad hasta llegar a la Reserva de Aniene Valley, lugar que conocía a la perfección y que sabía que a esas horas iba a estar vacío.
Alzando mis humedecidos ojos al oscurecido cielo, vi la imponente luna llena resplandeciente, provocando que finalmente mis pies se detuvieran mientras la sangre comenzaba a burbujear furiosa en mis venas cuantos más segundos observaba el satélite.
Una ola de auténtico terror recorrió mi cuerpo cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo, provocando que un sonoro jadeo escapara de mis labios antes de caer de rodillas al suelo y me llevara ambas manos a la cabeza cuando sentí un intenso dolor punzar en mi cerebro.
Sin poder contenerlo, mi cuerpo se liberó en constantes crujidos de mis huesos antes de echar a correr a cuatro patas para perderme entre los espesos árboles, desconectando mis furiosos pensamientos.
