Capítulo 15: la verdad

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Poché

Estuve esperando a Daniela como cada noche mientras leía un libro cuando ella llegó y no estaba ebria como siempre, no supe que decir cuando me preguntó, pero sus ojos se ven tristes y sé que está sufriendo por esta situación, yo me siento de la misma manera y fue mucho más al escuchar cuando ella le confesó a nana que estaba enamorada de mí, al principio me dio pánico y quise también evitarla pero no podía estar sin verla al menos unos segundos al día así que cuando llegó muy ebria una noche fui yo quien la ayudó a llegar a su habitación y lo hago desde entonces. No puedo dormir sin saber que ella está bien y tengo miedo de que se aleje aún más por lo que siente por mí, ella es muy importante para mí y se ha convertido en mi lugar seguro, aunque ella no tenga la menor idea.

Tenía que arreglar este asunto y hacer que ella vuelva a ser la misma de antes, la que siempre tiene una sonrisa encantadora y hace que sonría con sus ocurrencias y anécdotas locas.

—¿de qué quieres hablar? —preguntó ya sentada en el sofá y yo estaba muy nerviosa —si es por lo de la bebida, ya no lo haré

—bueno en verdad también es sobre eso, pero no es lo más importante —ella me prestó toda su atención y yo respiré para poder decir lo que tanto miedo me causa —quiero hablar de esa noche

—¿estás segura? —se notaba su preocupación

—sí, quiero saber lo que tu tengas que decir, aunque eso sea muy doloroso aun —se removió incomoda y luego solo se quedó viendo a la nada mientras yo tomaba un cojín para poder abrazarlo y que ella empiece a hablar

—te contaré todo, desde el principio y creo que entenderás todo lo que sentí con eso —solo asentí y presté atención —Durante mi primaria nunca nadie supo sobre mi condición, quería ser lo que sentía y me sentía una chica, todos pensaban que lo era y eso me gustaba. No quería que mis amigos me juzguen ni se alejen de mí, tenía un grupo donde también estaban Juancho y Laura, ellos siempre estuvieron para mí y fueron los únicos que se quedaron conmigo cuando entramos a la secundaria y todos se enteraron que era diferente. Ahí todo fue más difícil, pero ellos siempre estuvieron para mi sin importar nada.

un día teníamos deporte y al profesor no le pareció que me cambiara con las chicas y me envió con los chicos.

Quise hacerlo rápido para que no me fastidiaran, pero tuve que esperar que algunos terminaran para hacerlo yo, entré al cubículo y cuando sentí que estaba sola me empecé a cambiar, pero de la nada la puerta se abrió y unos chicos me acorralaron y empezaron a golpearme. solo pude cubrirme y aguantar los golpes cuando uno de ellos los detuvo e hizo que me sostuvieran de los brazos para empezar a tocarme, querían saber si lo que decían era cierto y experimentar conmigo.

Grité y les supliqué que por favor me dejaran, pero solo recibí más golpes, creí que estaba perdida cuando dos chicos llegaron y me quitaron de encima a esos idiotas.

Eran Sebastián y Johan, ellos me ayudaron a vestirme y luego me llevaron a enfermería, me salvaron y se los agradecí mucho. Desde ese día nos volvimos más unidos y Johan prometió que me cuidaría de cualquier idiota, dijo que sería como su hermanita y que nadie me volvería a lastimar, eso era para mí, era como mi hermano, el hermano que nunca tuve.

—¿por eso te quedaste paralizada aquella noche? —dije entendiendo su miedo y ella asintió —¿Por qué estabas con ellos?

—mi mamá había fallecido y mi papá se volvió mucho más distante, empezó a interferir en mi vida y prácticamente tenía que hacer lo que el ya había planeado para mí, no podía decir nada y eso empeoro la situación

perdóname (caché g!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora