Calle
Llevó llamando a Juancho desde hace unas cuantas horas y no me responde, fui muy clara cuando le dije que tenía que mantenerme al tanto de lo que suceda con poché. La dejé libre, pero eso no quiere decir que no me preocupe por su bienestar, ella es el amor de mi vida y si le pasa algo no me lo perdonaría nunca. Ni siquiera sé cómo fui capaz de decirle todo aquello cuando me fui, pero leer esas cartas me llenaron de ira y mucho resentimiento. Cada línea le prodigaba amor y recalcaba lo que me dijo la última vez, ella no se entregara a nadie que no sea él y mucho menos a mí quien es también causante de su dolor. En cuanto esas palabras retumbaron mi cabeza recordé lo que había pasado la noche de nuestra cita y su rostro temeroso al día siguiente, simplemente no pude soportarlo. Tal vez Mario tenga razón y poché no me ame, pero ya nada de eso importa si decidí terminar con lo más lindo que me pudo pasar.
—¿Cómo llegué aquí? —me puse de pie de inmediato, había olvidado completamente a Rafaela y el motivo por el que estoy durmiendo en el sofá de mi propio apartamento
—te traje yo, así que no hagas que me arrepienta
—¿no pasó nada? —dijo tomando asiento junto a mí, verla solo en ropa interior no me llama la atención en lo más mínimo y eso en verdad me asusta
—no y no pasará, solo te traje aquí porque no podía dejarte ebria en ese antro
—si ya sé, porque amas a tu esposa y todo eso, pero ¿Qué haces aquí? ¿tu esposa también esta aquí? —sus ojos viajaron por todo el apartamento, pero no iba a encontrar nada, creo que ahora me arrepiento de haber ido a ese antro la noche de ayer, solo quería despejar mi mente y dejar de pensar en poché, pero a cambio me encontré con una ebria a punto de desvestirse frente a todos en ese lugar y no fui capaz de dejarla sola.
—no, ella no vino y solo estoy aquí por negocios, me iré en unos días y ahora con permiso que me tengo que duchar para relajarme. Dormir en ese sillón es incómodo —me puse de pie con intenciones de caminar hacia el baño cuando ella me detuvo
—en verdad gracias, no cualquiera hubiese hecho eso y te aseguro que no intentaré nada, ya me quedó claro que estás enamorada —solo le sonreí y mi mente me llenó de recuerdos con ella, con la única mujer que he amado y amaré siempre, poché.
—tu ropa está en la recamara y está limpia, puedes ponértelo
—¿te pongo nerviosa? —respondió con una pequeña sonrisita
—para nada, es solo que la gente usa ropa para caminar e ir a casa
—¿me estas echando? —su fingida indignación me sacó al menos una sonrisa, es raro, pero recuerdo que no solo era una buena compañera de antro y cama sino también fue mi amiga en algún momento.
—solo has lo que te dije, ya regreso —ahora si pude encaminarme a la tan maravillosa ducha, pero antes de disfrutarlo por completo le puse el seguro a la puerta, Rafaela dijo que lo había entendido, pero nunca me fio de la gente y no quiero estar en aprietos después.
Todo iba de maravilla, el agua prácticamente hizo que me renovara por completo y ordené un poco mi cabeza o eso pensaba hasta escuchar un grito. Lo único que pude hacer es tomar una toalla y cubrirme lo que pude para salir corriendo hacia donde dejé a la única persona que está en este apartamento después de mí.
—Rafaela ¿estás bien?
—acaba de irse
—poché ¿Qué haces aquí? —mi voz disminuía cada vez que salía una palabra de mi boca, ella estaba frente a mí con los brazos cruzados y esa mirada intensa tratando de averiguar lo que pasa sin siquiera preguntarme. se ve tan linda que las ganas de correr y abrazarla se hacían cada vez más grande
ESTÁS LEYENDO
perdóname (caché g!p)
FanfictionDaniela calle una mujer decidida qué carga con la culpa de no haber podido ayudar a aquella joven en ese desafortunado hecho, obligada a callar convirtiéndola en una persona Aparentemente fría pero descubrirá a una totalmente diferente en cuanto men...