capitulo 4 : seguridad

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calle

Ver el miedo es su rostro cuando pensó que la iba a besar fue devastador, jamás pensé que me viera de ese modo pero no tiene que decirlo para saberlo, sus gestos y la manera en la que me evita lo gritan, ella está en todo su derecho.
Esa fue una de las razones por la que decidí salir esa noche, ella le pidió quedarse a su amiga así que le pedí a Laura que me acompañara a despejar mi mente y así tal vez borrar aquellos ojos pidiendo ayuda de mi cabeza. pero como era de esperarse solo se dedicó a reclamarme por el exceso de bebidas que estaba ingiriendo, simplemente no podía detenerme.

Pensé que bebiendo olvidaría la tristeza en sus ojos, pero solo pude recordarlo una y otra vez, cada gesto se reproducía en mi cabeza, su llanto y sus gritos. ella no se merece esto, pero es el único modo que encuentro por ahora.

Cuando desperté Laura aún seguía dormida y supuse que era mejor dejarla descansar así que me di una ducha y me cambié para ir a la empresa, quiero evitar ponerla incomoda y trataré de hacerlo todo lo que pueda.

Iré temprano a la empresa y regresaré tarde, tal vez así se sienta más tranquila y en paz, aunque sé que eso es imposible para ambas.

—señorita calle buenos días, tiene visita —fruncí el ceño porque no esperaba a nadie

—¿Quién es? —ella buscaba en su libreta y luego respondió

—se llama María José Garcés, dijo que era amiga suya —era el colmo ¿Qué carajos hace aquí? Fui muy clara cuando fue a mi casa

Solo asentí y caminé hacia mi oficina, no entendía que es lo que quería, pero supongo que solo está aquí para reclamarme.

—te dije que no quería volver a verte... —ni siquiera me dio tiempo de continuar cuando sentí mi mejilla arder, ¿Qué se cree para golpearme?

—¡eres una idiota! ¿Por ella terminaste lo nuestro? ¡habla maldita sea! —tenía mi mano en mi rostro y caminé hasta llegar a mi escritorio tratando de asimilar del por qué su reclamo

—yo no tengo nada de qué hablar contigo así que te pido....

—¡no me voy! Quiero que me des una explicación acerca de esto —tiró el periódico sobre mí así que lo tomé y supe a qué se refería

—¿Qué quieres que te diga? Tu y yo no tenemos nada y me casé con ella ¿algo más?

—¡es imposible! ¡es una maldita farsa! Las que se iban a casar éramos nosotras

—¡tú lo dijiste! Éramos, tiempo pasado Matu porque ahora estoy casada y se llama María José Garzón, ahora que corroboraste que esa noticia es real, vete y déjame en paz —ella tenía lágrimas en los ojos, pero no podía hacer nada, siempre he sido clara con mis sentimientos

—no me puedes hacer esto calle, sabes que yo aún te amo —caminé hasta ella y tomé sus manos, fue mi novia por 4 años y aun siento cariño por ella, pero solo eso.

—Matu, por favor no hagas esto —limpié sus mejillas empapadas por sus lágrimas —sabes perfectamente que siempre he sido sincera contigo y no me gusta verte así pero no puedo hacer más, yo ya no siento lo mismo por ti y te lo dije cuando me fui de aquí. En Verdad perdóname porque te hayas enterado así, pero yo nunca te di alas

—Dani nosotras....

—ya no hay un nosotras Matu, eso es del pasado y por favor te lo pido por el bien de las dos que no vuelvas a hacer esto, solo te estas lastimando y en verdad ya estoy cansada de tener algo que ver con tu familia

—tu no la amas, no puedes amarla

—¿Por qué no? Me casé con ella y no tengo por qué explicarte mis razones, piensa en lo que te dije y en verdad espero que seas feliz —ella se soltó de mi agarre y caminó hasta la salida

perdóname (caché g!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora