Capítulo 29: pedir ayuda

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Poché

Los días pasaban y yo aún no podía quitar la imagen de Daniela desnuda en aquella regadera, sé que le dije que no vería nada, pero era imposible no hacerlo si yo estaba ahí tratando de que no mojara el vendaje, y el modo en cómo reaccionó cuando se me cayó la toalla fue realmente increíble y eso me hace confiar aún más en ella.

Paula dice que calle tiene la más grande fuerza de voluntad ya que cualquiera hubiera reaccionado y quizá aprovechar la situación, pero ella no, sé que reaccionó porque lo sentí cuando la abracé, pero nunca me dio indicios de querer algo y eso vale más.

Después de esa noche no hemos estado a solas ni en su habitación ni en la mía, no quiero que ella tenga reacciones conmigo porque sé que eso es doloroso y alejo dice que no sabe cómo logra contenerse tanto si no está con nadie durante todo este tiempo, tal vez tengan que ver las horas de ejercicio que realiza todos los días, así como ahora.

—deberías de dejar que tu herida mejore completamente

—estoy bien y ya no duele —me mostró la herida y en efecto esta ya casi estaba curada pero aun así me da miedo que se vuelva a lastimar, deslicé mi dedo para corroborar que no tenga dolor e instantáneamente sentí su mirada sobre mí, pero no pude reaccionar cuando mi mano aún seguía tocando su brazo. Su piel es tan suave que no quiero dejar de hacerlo y esas eran mis intenciones cuando valentina entró de la nada matándome del susto.

—¡por dios valentina! ¿no sabes tocar? —mi respiración era un desastre, pero al parecer eso a ellas les da risa

—la puerta estaba abierta poché además ¿en qué estabas pensando para que te asustaras de ese modo? —no le diría que, en los brazos de calle, pero tenía que dar una buena excusa para que me creyera o simplemente mejor no le digo nada. total, no tengo por qué darle explicaciones

—¿para qué viniste? —pregunté tratando de cambiar el rumbo de la conversación esperando que nadie lo note, pero no funcionó, aun así, hicieron como que si logré hacerlo.

—nana dijo que en media hora está la cena y las quiere ahí a tiempo

—ya escuchaste Dani, es hora de irnos....

—me faltan quince minutos, termino y subo a bañarme para estar a tiempo —tomó unas pesas y se dirigía a seguir entrenando cuando la detuve

—Dani......

—estaré lista a tiempo, lo prometo ¿sí? —valentina parecía estar divertida con esta conversación y yo no sé ni que sentía viendo a Daniela en ese ajustado conjunto deportivo y su tierna mirada —vamos mi amor solo un ratito más —su puchero adorable y esa frase me compraron completamente así que solo asentí rendida

—tienes quince minutos o ....... —no seguí hablando por el beso que me robó y luego solo siguió caminando con una sonrisa en ese lindo rostro.

Creo que fui arrastrada por valentina mientras mis piernas la seguían y mi mente reproducía el beso una y otra vez en cámara lenta, definitivamente Daniela me encanta en cada faceta.

Al llegar a la cocina mi hermana se encargó de contarle a nana sobre lo sucedido así que era la burla de ese lugar durante los quince minutos, cuando llegó Daniela y también se les unió diciendo que me robará besos más seguido si ese es el efecto que causa en mí, por supuesto que valentina se encargó de imitarme a la perfección para el gozo de los presentes.

—¿ya no te burlaras de mí?

—no, ya no más —dijo aun sonriendo mientras hablábamos en la sala, mañana es fin de semana y aún no hemos planeado que hacer para divertirnos.

perdóname (caché g!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora