perdóname (caché g!p)

Capítulo 66: los tenemos

Calle

Lo hizo, el maldito lo logró. Logró hacer que poché aceptara ir a verlo solo para que le entregue lo más importante y tengo tanta impotencia por no cambiar eso que lo único que he hecho hasta el momento es seguir cagándola con poché.

Le dije que no volvería a hacer más idioteces como armarme películas en la cabeza y lo hice otra vez, ya no sé ni cómo comportarme con ella sin que se dé cuenta y se enoje conmigo por milésima vez.

—¿tienes todo listo?

—sí, pero de todos modos estoy nerviosa —Joaquín le explicaba que pasaría y que debe hacer para que Mario le entregué el maldito USB sin que nadie se dé cuenta ¿por qué solo no lo metió en las tantas cartas que le envió? Esa era mi interrogante y también tenía la respuesta. Solo lo hacía para fastidiarme, sabe que eso me enojaría porque es lo único que siempre le pedí, le pedí  que no volviera a hacerlo y cómo soy tan idiota aun sabiéndolo caigo en su maldito juego.

—no te pasará nada ¿cierto Joaquín? —él lo afirmó con una sonrisa, pero eso no me tenía tranquila —si ese idiota se acerca más de lo debido poco o menos me va a interesar que seas un agente del FBI y te juro que te partiré la cara después de hacerlo con Mario

—Dani —poché ya me tomaba de la mano mientras yo solo quería que Joaquín entendiera lo que le sucederá si algo sale mal y ese maldito intenta propasarse con poché

—tendré más infiltrado en esa sala y te aseguro que todo saldrá bien —así esa sala esté repleta de oficiales apuntándole a la cabeza tengo tanta impotencia que ya me estoy desesperando —sabes que paula me asesinaría primero si algo le llegara a pasar a su mejor amiga

—está bien, vamos amor —intenté tomarla de la mano, pero Joaquín se interpuso —¿ahora qué pasa?

—solo entrará poché, Mario no tiene que saber que tú también estas aquí

—no entiendo por qué no si Mario sabe perfectamente que yo no la dejaría sola y mucho menos para verlo a él —estaba bastante descontrolada —me vale una mierda que....

—calle

—pero poché.... —ya tenía ese gesto para darme a entender que está molesta y yo no quería ceder a lo que me pedían, no quería que lo vea y ni siquiera es por sentirme celosa sino porque tengo miedo, no quiero que le pase nada —no quiero dejarte sola

—¿podría hablar a solas con ella un momento? —Joaquín dio media vuelta y ella se acercó a mi

—poché te juro que no son celos

—lo sé, pero quiero que entiendas que tengo que hacerlo, tengo que verlo y que me de esas pruebas en contra de ellos —acarició mi mejilla y cerré los ojos de inmediato —ayúdame ¿sí? Sabes perfectamente que te amo y por él no siento nada

—está bien —suspiré rendida —solo quiero que te cuides y no confíes en él

—creo que ya entendí eso, ahora espérame aquí que no pienso demorar mucho —me dio un beso y solo siguió caminando por donde minutos antes Joaquín se había ido.

Tenía tantas cosas en la cabeza y en todas nada terminaba bien, tener a poché ahí dentro con ese imbécil, a vale y Ximena quien sabe dónde, al maldito de juan Carlos escondido y Johan desaparecido no me está ayudando a pensar con claridad. Necesitaba respirar y tomar decisiones a base de mi razón porque siempre suelo arruinarlo cuando actúo sin pensar.

—calle —era Joaquín haciéndome señas para que lo siguiera —te dejaré entrar, pero quiero que no hagas ninguna estupidez, ellos no nos verán, pero nosotros si ¿entendiste?