Capítulo 76: intentar lograr lo imposible

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Calle

—hola

—¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste? Yo dije que....

—ni lo digas porque solo lograrás enfurecerme y me costó bastante tratar de olvidar lo que dijiste y lo que hiciste —¿estoy soñando? Porque esto no me puede estar pasando

—fui clara cuando dije que no quería verte ni a ti ni nadie, no puedo caminar y...

—ok, yo también escuché lo que dijeron los doctores y si quieres que me vaya pues échame tu misma, ponte de pie y échame —ella estaba furiosa y yo mucho más porque se está burlando de mí ¿Qué se cree?

—¡no quiero verte aquí poché! ¿Por qué no lo entiendes?

—te dije que me echaras, pero no gritándome y maldiciendo como lo hiciste con anterioridad —recordé todo lo que le dije y volví a sentirme fatal, sé perfectamente que ella no se merece nada de eso —recuerda que estoy acostumbrada a los gritos, mi papá fue bueno en eso así que no me importa, lo que si me importa es que lo hayas hecho tú, alguien a quien amo con el alma.

—poché...

—ahora me escuchas ¿no quieres mi lastima? Pues no lo tendrás, eso te lo puedo asegurar Daniela —¿me acaba de decir por mi nombre? Solo hace eso cuando está muy pero muy enojada —pero si lo que quieres es que te deje de ver o hablar tienes que ser clara ¿Qué quieres calle? Dime lo que quieres en realidad y lo hago

—Qué te vayas, ya te lo dije —respondí sin mirarla a los ojos

—¿quiere que me vaya del hospital y darte tu espacio para que asumas lo que te está pasando o quieres que me vaya de tu vida? —su pregunta me dejó helada ¿Qué quería en realidad? —responde, dime que es lo que quieres y te juro por lo más sagrado que lo hago

—no quiero ser una carga para ti, tú tienes una vida por delante y....

—perfecto —sacó un portafolio de su bolso con mucho cuidado —¿me ayudas? —hizo que lo tomara para que ahora sacara un bolígrafo —ten y firma

—¿Qué...? —lo abrió y buscó una hoja en específico donde pude notar mi nombre, ella estaba tranquila y en su mirada solo podía ver seguridad.

—firma aquí —iba a replicar, pero ella no me dejó —firma y me iré ¿es lo que quieres no? ¿quieres que me vaya de tu vida? Pues firma, te dejaré libre —cuando se pone en ese plan me estresa en cuestión de segundos, me está retando con la mirada y eso no me gusta —parece que quieres que me quede

—bolígrafo —se lo pedí y ella me lo entregó dudando, ahora verá lo que consigue con retarme —listo —terminé de firmar y le entregué el portafolio junto al bolígrafo

—tu... si lo firmaste —dijo ahora quitando su sonrisa y pude ver una sombra de tristeza en su rostro —supongo que tengo que hacer lo que tú quieres —ahora estaba dudando de si era lo correcto ¿Por qué se puso así si ella me lo dio?

—poché...

—me iré, no tiene caso insistir con algo que tú no quieres —abrió el portafolio y puso la hoja donde estaba plasmada mi firma, vi con detenimiento y también estaba su nombre, me vio a los ojos y preguntó algo que sin saber por qué me oprimió el pecho —¿en verdad quieres esto? —no sabía que responder, pero dije lo único que llegó a mi cabeza en ese momento, sabía que no quería eso, pero lo dije y ella no replicó mi absurda decisión ¿Por qué no lo hizo? —ok —mientras firmaba podía notar sus ojos rojos y no me había percatado de que estuvo llorando ¿Qué estoy haciendo? La interrogante atacaba mi cabeza y solo trataba de encontrar una respuesta cuando ella terminó de firmar y tomó sus cosas para caminar hacia la puerta cuando la detuve de inmediato

perdóname (caché g!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora