Capítulo 34: contarme la verdad

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Poché

La recuperación de Daniela está mucho mejor en estas semanas y eso es genial, aunque no me haga gracia la enfermera que viene a casa a realizarle las terapias para la movilización de su pierna. según todos es la mejor en lo que hace, pero si fuera por mi hubiese seguido siendo yo quien la ayude, aunque tenía que regresar a la universidad y alguien tiene que seguir ayudándola ¿Por qué tenían que mandar a la terapeuta más sexi que podría existir? Este asunto me tiene muy confundida y un poco celosa.

—señora me tengo que desviar ¿necesita que compremos algo antes de ir a casa? —eso es otra cosa que me llama muchísimo la atención, desde el accidente no seguimos la misma ruta y la vigilancia en la casa también ha aumentado. Calle dice que es solo para mantenernos seguras, pero no entiendo ¿seguras de que? Siento que ella sabe algo y no me lo quiere decir.

—quiero comprar una torta de zanahorias para calle ¿puedes hacerlo tú? Porque....

—descuide señora ¿en la pastelería de siempre? —preguntó dirigiéndose a la que siempre vamos cuando se trata de postres y a decir verdad es mi favorita también, todo en ese lugar es delicioso

—si, a ella le gusta mucho el que hacen ahí —me encanta tener detalles con Dani y que más satisfactorio que algo dulce, a ella le encanta.

Joaquín fue quien compró el pastel y ahora si nos dirigimos a casa, no me gusta tener a esa enfermera en mi casa y a solas con mi esposa mucho menos, siempre la está mirando más de lo que debería y no entiendo su afán para que tome las terapias en pantaloncillos cortos y top.

En cuanto llegamos pude ver que aún seguían trabajando así que bajé de auto de inmediato tomando el pastel y fui en busca de Dani, fue ella quien me pidió no dejarla mucho tiempo a solas porque se siente incómoda, pero está empeñada en recuperarse lo más pronto posible así que tiene que soportarla hasta que eso suceda.

—hola mi amor —dije aclarando mi voz ya que la enfermerita por poco y está encima de Daniela y ella hasta parece feliz por esa situación, esto no me está gustando nada.

—poché, mi amor que bueno que llegas —intentó ponerse de pie para dirigirse a mí, pero la detuvo tocando su abdomen. Corrección. Acariciando su abdomen con una enorme sonrisa en el rostro

—aun no terminamos Dani, además nos estamos divirtiendo ¿no? Dijiste que querías recuperarte lo antes posible —así que se están divirtiendo pues que se sigan divirtiendo que yo no seguiré viendo este descaro, es mejor largarme y no hacer algo de lo que quizá me pueda arrepentir después

—pero....

—tranquila, sigan en lo suyo que yo tengo cosas que hacer y si quieren pueden comer pastel mientras platican o ven alguna película —ni siquiera presté atención a sus rostros porque salí en cuanto pude dejando el pastel a un lado, yo de estúpida preocupada y ellas divirtiéndose.

Solo subí las escaleras hasta llegar a mi habitación donde solo quedan algunas prendas mías porque no alcanzaron en el closet de Daniela, pero ahora lo usaré para avanzar quizá alguna tarea o simplemente repasar lo que hice hoy para mantener mi mente en otra cosa, aunque estoy segura que no lo conseguiré, mucho menos después de haber escuchado su linda platica y el modo en el que mira a Dani. Que estúpida debí quedarme para cerciorarme de que no intente nada, pero tampoco puedo estar pendiente de lo que haga o deje de hacer, es su decisión si le sigue el juego.

Estuve en trance como 10 minutos cuando escuché que tocaban la puerta, por el modo en que lo hacen estoy segura que es Daniela

—estoy ocupada

perdóname (caché g!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora