Capítulo 80: te amo, entiéndelo

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Poché

Daniela lleva rara muchos días y quizá sea la falta de sueño y mis constantes cambios de humor, pero es inevitable hacerlo ¿Cómo se supone que lo controle? Todo este tema de los cambios me está afectando y mucho. Lo primero de mi lista de defectos ahora mismo es mi apariencia física, siento que no podría estar más redonda y por mucho que quiera evitar comer simplemente no puedo.

—¿quieres que te traiga algo luego del trabajo?

—claro, una liposucción podría ser

—poché....

—¿si me ves? ¿ves en lo que me estoy convirtiendo? Soy un circulo perfecto Daniela y para varias quieres que siga comiendo —estaba enojada, sé que en este momento ella está contando sus respiraciones para no cagarla, pero es como si yo quisiera lograr que ella estalle ¿Qué me pasa?

—mi amor eso no es verdad, tú sigues siendo la misma de la que enamoré perdidamente —intentó hacer lo mismo de siempre cuando me pongo en este plan, pero esta vez me alejé —poché no hagas esto que tengo una reunión muy importante y no quiero llegar tarde

—pues vete, la puerta está ahí como puedes ver, solo ábrela y sigue caminando —di media vuelta de camino a las escaleras para ir a mi habitación cuando ella me tomó del brazo

—lo siento, no quise decir....

—¿no? porque yo pienso que sí, si querías hacerlo y quieres decir muchas otras cosas, pero no te animas a hacerlo —ella cerró los ojos para suspirar pesadamente —dilo, vamos Daniela, no quieres llegar tarde a tu reunión ¿cierto?

—bebé....

—¡habla Daniela!

—¡ok! —retrocedió un paso para soltar todo el aire que tenía contenido y luego empezó a hablar —sí, tu apariencia ha cambiado y....

—ya no te gusto ¿verdad? Seguramente hay muchas chicas lindas en la empresa y yo toda....

—¿me dejas hablar? —se acercó a mí para limpiar mi mejilla que ya estaba cubierta por el llanto —tu apariencia ha cambiado, pero es por el embarazo mi amor, aquí esta nuestro bebé —acarició mi vientre con delicadeza —créeme cuando te digo que te entiendo porque en verdad te entiendo

—¿también estuviste embarazada? —pregunté sarcástica

—no, pero he leído mucho —supuso que volvería a hablar así que me cubrió la boca la para callarme —he tratado de informarme sobre todo lo que estás pasando, sé que no estas contenta con tu apariencia, que ni siquiera te entiendes cuando cambias de emociones tan rápido, sé que no te puedes controlar con las cosas hirientes que a veces dices y también sé que solo lo dices con el único propósito de lograr lo que acabas de lograr creyendo que diría quizá cosas para desahogarme, pero no. lo único que quiero con preguntarte si quieres algo es porque me encanta consentirte, ese es mi único propósito poché y ese será mi único propósito siempre

—¿no estás enojada? —pregunté con cautela

—no, tal vez ya me acostumbré a esto

—¿entonces por qué estabas distante desde hace días? Hay algo más que...

—sí, pasa que no me has dejado siquiera tocarte desde hace meses —solo fueron tres meses y ella que exagera —¿Qué sucede? ¿Es por lo que dijiste de tu apariencia?

—no me siento bien cuando me ves desnuda, es raro estando así —respondí lo más sincera posible —sé que he descuidado un poco ese aspecto de nuestra relación, pero no sé, mírame ¿ves a la poché de antes? Porque yo no y....

perdóname (caché g!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora