Capítulo 73: tus labios

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Poché

—¿vienes por mí? —bajé del auto y Laura se colocaba unos lentes de sol como toda una celebridad —Laura...

—sí, estaré aquí esperando a que salgas y llevarte con tu amada ¿contenta? —levanté ambos pulgares y luego me dirigí a mi clase, hoy no desayuné porque me quedé dormida y salimos prácticamente corriendo así que comeré algo entre clases si me da tiempo.

Al llegar al salón el profesor aun no llegaba así que aproveché para sacar mis apuntes y tratar de repasar un poco cuando sentí que se sentaban junto a mí, lo cual fue demasiado extraño porque yo me siento sola.

—hola

—hola —respondí viendo nuevamente a Matías, vi su lugar y estaba vacío ¿Por qué se sentó aquí? —¿podrías...? —ya no dije nada más cuando el profesor hizo su ingreso y el vio de frente al pizarrón, las siguientes horas serán muy incomodas al menos para mí.

—¿te parece si trabajamos juntos?

—¿Qué?

—el profesor dijo que podía ser en parejas y así nos facilitaría el trabajo, podemos hacerlo mitad y mitad ¿Qué dices? —al parecer él ya tiene planeado como realizaríamos el trabajo, pero eso no sucederá porque no tengo intensiones de formar un grupo, lo hare sola como siempre —que bueno que ya no viene tu gorila

—¿Por qué lo dices? —pregunté intrigada

—siempre quise hablarte, pero él era muy intimidante y todos decían que no dejaba que nadie se te acerque —y ahora extraño tanto eso

—solo hacia su trabajo —respondí al ver al profesor tomar sus cosas, hice lo mismo y me puse de pie para ir a mi próxima clase y de pasada comprar al menos un sándwich porque me moría de hambre —tengo otra clase si me disculpas

—María José ¿Qué dices lo de hacer equipos?

—déjame pensarlo, luego te digo ¿sí? —no quería ser grosera, mucho menos frente a toda la clase, pero necesitaba alejarme, ese chico no sabe quedarse callado y su ímpetu por hablarme me desconcierta, me habla como si fuéramos los mejores amigos del mundo y yo acabo de conocerlo, ni siquiera lo tolero.

Las siguientes clases procuré tenerlo lejos y funcionó bastante bien porque los profesores se dedicaron a explicar así que me concentré en ello, no se dirigió a mí en ningún momento, aunque si podía notar que me observaba. Yo solo esperaba la hora de salida y el mensaje de Laura diciendo que ya había llegado para correr a su auto.

Mis pies no dejaron de moverse por mucho tiempo y cuando creí que me volvería loca por fin dio por finalizada su clase, ni siquiera cerraba mi cuaderno cuando la pantalla de mi teléfono se encendió dejándome ver el mensaje que esperaba, era Laura diciendo que estaba esperando en el auto así que tomé mi bolso y estaba de camino cuando llegó nuevamente, pero esta vez me sostuvo del brazo.

—¿A dónde vas tan apresurada?

—tengo cosas que hacer —respondí tratando de retomar mi andar, pero su respuesta me frenó de golpe

—claro tienes otra cita ¿Por qué no aceptas la mía?

—¿Qué dijiste? —lo vi de frente y él me sonrió metiendo sus manos en los bolsillos de su chaqueta

—tuviste una cita ayer ¿no? y recuerdo haberte invitado a una —dio un paso para continuar hablando —no te juzgo, tu esposa está en coma y puede quedar paralitica. Tu eres joven y tienes todo el derecho de salir con quien quieras, te voy a ser honesto, yo quiero ser con quien te des esa oportunidad —no sabía si reír por lo que estaba escuchando o solo no hacerle caso y seguir mi camino.

perdóname (caché g!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora