Capítulo 21: Irene...

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Johan

Nada salió como lo esperaba, Daniela tenía todas las de ganar si demandaba a estúpida de catalina que no logró siquiera conseguir algo de ella, solo espero que su querida esposa se apiade de su papito y haga lo que le pida.

—¿Qué hago Johan? Calle dijo que me demandaría y el dinero que me diste es una miseria

—tenías que acostarte con ella y no lo hiciste, el trato fue que la fotografiaras estando contigo y no obtuviste nada. Deberías de agradecer que te di dinero.

—porque ella se fue y ni siquiera quiso ponerme un dedo encima, dijiste que no se iba a resistir a una mujer y me le insinué mucho, su amiguito reaccionó, pero no quiso tocarme —¡maldita sea Daniela! ¿Por qué tenías que enamorarte?, confiaba con que solo sea la culpa, pero al parecer tu empeño por protegerla es porque la amas y conociéndote harás hasta lo imposible por hacerla feliz

—tienes que retractarte, invéntate lo que mejor te parezca, pero esto ya no nos sirve, Daniela hará hasta lo imposible para hundirte y no quiero que llegue a mi....

—no puedo retractarme Johan, seré a burla de todos los medios y......

—¡me importa una mierda lo que piensen de ti! ¡te dije que te retractaras y lo vas a hacer! Te pagaré lo suficiente para que te vayas de este lugar al menos hasta que las aguas se calmen, nadie te conoce y seguirás con tu vida —no pienso volver a repetir lo que tiene que hacer, suficiente tengo con el idiota de Mario.

Regresé a mi lugar y ella solo desapareció de mi vista, no quiero que este tema se haga muy grande porque calle sospecharía y conociendo su carácter y temperamento es capaz de decir que fue idea mía y lo último que quiero es a la prensa pisándome los talones.

—Johan tenemos que ir a ver a mi suegrito —¿ahora que se supone tengo que arreglar? creo que a mi querido juan Carlos no le quedó claro lo que le pasará si no me da lo que prometió

—¿lo tienen en la casa?

—sí, no creo que tenga ganas de querer huir otra vez —genial, era el único modo que entendiera que conmigo no se juega y menos que crea que no cumplirá su promesa

—pues vámonos que me muero por oír las buenas nuevas —Mario seguía mis pasos hasta llegar al auto y tenía que empezar nuevamente con lo mismo, es sofocante tener que oírlo hablar de lo mismo desde que volvió a ver a María José

—quiero acercarme a poché, déjame hacerlo Johan, ella no me ha olvidado y puedo lograr lo que quieres...

—ya te dije lo que pensaba respecto a eso Mario, ella ni querrá mirarte a la cara si sabe que trabajas para mí, además no creo que tengas oportunidad si calle también la quiere enamorar —la conozco y no descansará hasta lograrlo si es que no lo hizo ya

—apuesto que ni siquiera la puede tocar, ella no se lo permitiría. Déjame hacer que pierda los estribos, ella no sabe controlarse y con poché mucho menos —puede que Mario tenga razón con eso, pero aun no es el momento.

Estacionamos el auto y ahí estaba la pocilga donde quiso esconderse cuando lo llamé para que me explicara sobre la empresa Garzón, el maldito quiso huir, pero conmigo no se juega y creo que lo entendió a las malas.

—espero que me tengas buenas noticias porque no estoy de humor —me acerqué hasta la cama donde me veía temeroso y solo tuve que hacer un poco de presión en su pierna para que gritara de dolor, tal vez a mis chicos se les pasó la mano, pero él se lo buscó

—dame más tiempo Johan por favor, ella está manipulada por Daniela, pero haré que cambie de parecer

—¿no lograste nada? Mis chicos dijeron que vinieron a verte —él asintió de inmediato

perdóname (caché g!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora