Capítulo 64: despedidas

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Johan

Aun sentía la adrenalina en mi cuerpo y mi papá está más que furioso, solo espero que el plan haya resultado y juan Carlos aun siga vivo porque no quiero cargar con su muerte después del trato que hicimos.

Fue demasiado fácil encontrarlo y mucho más fácil convencerlo de aceptar lo que le proponíamos. Calle ayudó mucho al golpearlo un poco y amenazarlo con matarlo ella misma para que no tocara a ninguna de sus hijas, cuando se trata de poché Daniela es irreconocible y por un momento hasta yo le tuve miedo.

Juan Carlos sabía que mi papá terminaría asesinándolo de todos modos y fue el miedo de morir que lo ayudó a tomar una decisión en cuestión de minutos, su trabajo era fácil. Llevarse a vale del centro comercial al que la llevaría su novia y hacer tiempo para que la policía llegara, tenía miedo que el teléfono con el localizador no estuviera en su bolsillo y fue la única razón por la que me acerqué y dije todo eso sobre juan Carlos, ese no era el trato, pero tenía que hacer tiempo y fue el único modo.

—¡maldita sea! ¡lo quiero muerto!

—tranquilo papá, le disparé y si no se muere hoy lo haré luego pero no hablará —revisaba su teléfono así que era momento de empezar a presionarlo más, necesitaba que se sienta acorralado —ahora lo que me preocupa es el lugar que elegiste para llevar a vale

—está alejado y era perfecto

—pero está a nombre de la empresa y solo es cuestión de tiempo para que lo averigüen

—¡mierda! —golpeaba el auto y yo había conseguido lo que buscaba —tenemos que hacer algo al respecto, nadie puede saber eso

—valentina nos vio ¿lo olvidas? Te dije que me lo dejaras a mí, pero preferiste dejarlo en manos del inepto de juan Carlos —estacioné el auto y no esperó ni que lo apagara para bajarse así que también lo hice, tenía que llevarlo al límite —¡papá!

—¡ya lo sé Johan! ¡ya lo sé! Solo déjame pensar en una solución y arreglar esto

—¿arreglar? Estamos hundidos papá, ella dirá....

—¡pues la mato entonces! ¡acabaré con cada uno de ellos! —estaba loco pero su locura me ayudaría mucho, entramos a la casa y solo lo seguí hasta su despacho —¿Qué haces aquí Matu? fui muy claro respecto a las reglas de esta casa

—tío yo... —se supone que se quedaría en un hotel ¿Qué hacía aquí? ¿Qué hacía en su despacho? Ni siquiera yo puedo entrar porque siempre esta con llave

—Matu que haces aquí —ella estaba nerviosa y lo último que quiero es que mi papá sospeche de ella —¿buscabas esto? —saqué mi cartera y le mostré unas tarjetas de crédito.

—tío dile a Johan que me devuelva mis tarjetas —caminó hasta mí para intentar quitármelas y al ver a mi papá rodar los ojos supe que se lo había creído —solo compraré algunas cosas ¿ok?

—dale las tarjetas Johan, ahora tenemos cosas más importantes en que pensar que en las compras de una mujer —Matu me sonrió y le extendí las tarjetas para que saliera de esta casa, ya luego me dirá que hacía aquí

—¿quieres venir conmigo?

—Matu.... —iba a decirle que no era el momento cuando fue mi papá quien lo dijo como sabe, gritándolo

—¡tenemos asuntos que resolver!

—te doy el alcance luego ¿sí? Así me cuentas como te fue en tu viaje —ella solo me dio un beso en la mejilla y salió muy nerviosa, solo espero que todo salga como lo planeamos.

perdóname (caché g!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora