C A P I T U L O 5

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Llevo toda la semana estudiando, la mitad ya me lo sabía de memoria y la otra tenía vagos recuerdos de ello, pero con una repasada vuelvo a tenerlo fresco.

Suki es la más contenta, realmente quiere que entre a la universidad y a estas alturas yo también lo deseo.

Antes de ir a presentar mi examen mi familia me hace un repaso de lo que podría venir en el examen y acierto en todas.

Mikey pasa por mi para llevarme a la universidad, lo cité media hora antes de lo que debería, porque lo conozco y sé lo impuntual que puede ser.

Él está muy tranquilo, todo lo contrario a mi, siento unas tremendas ganas de vomitar.

Llegamos al campus y nos bajamos de su moto, él me acompaña hasta el salón donde presentaré estaré metida las próximas seis horas.

Cuándo estuvimos en la puerta me sonrié de una forma muy linda.

-Si pasas el examen te daré de mis doroyakis- eso debe de significar mucho viniendo de él.

-Estoy nerviosa Manjiro.

Nunca me había sentido así de nerviosa al presentar un examen, jamas he tendió problemas en hacerlo, pero esta vez mi futuro y el de mi familia dependen de que lo pase a la primera.

-No tienes porque, eres inteligente y muy capaz

-Gracias- pero sus palabras no logran tranquilizarme.

-Nao, me esta doliendo- suelto su mano que ya estaba roja por la presión que le estaba poniendo.

-Perdona... ¿me das un beso de la suerte?- ¿desde cuando me volví tan blanda?

-Uno pequeño.

Unimos nuestros labios, primero fue lento pero después desesperado y lo solté hasta que me cansé.

-No podré pasar por ti.

-Esta bien, gracias por traerme.

Entro al salón y me siento en el primer lugar que veo vacío, todos son mucho más grandes que yo, pero eso no me intimida ya que estoy en el mismo grado que el resto y me preparé a profundidad para presentar el estúpido examen.

Llega el aplicador y nos pasa las hojas de respuestas con los cuadernillos de preguntas.

Comienzo a contestar todo y algunos preguntas parecen trampa porque están muy rebuscadas y no parecen tener sentido, con esto quieren saber que tan estúpido somos.

Después de tres horas nos dan un pequeño receso de 20 minutos y regresamos al salón a terminar el examen.

Termino primero que todos e inmediatamente entrego el examen, no sin antes asegurarme de que todos mi datos estén correctos.

Me siento fatigada, me arden los ojos e incluso puedo sentir mi cerebro.

En lugar de tomar el metro prefiero caminar para descansar de estar sentada toda la mañana. Todavía me faltaban varias cuadras para llegar a mi casa cuando una tormenta cae sobre mi.

Me pongo la capucha de mi sudadera y corro a refugiarme en la marquesina de una tienda de conveniencia.

Esto no parece que vaya a terminar pronto, me siento en el suelo a esperar que la lluvia baje un poco para poder irme de aquí.

Un par de pies se ponen a mi lado y sin querer le veo los zapatos, lleva uno de ellos desabrocheado.

-Disculpa, tu agujeta esta suelta.

-Gracias.

Cuando el chico se agacha para hacer el nudo de su zapato, él se pone a mi altura y yo quedo encantada con sus facciones.

F E T I S HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora