K O K O E I N U I

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Las dos cosas que más odio es venir a este estúpido campamento y participar en el bobo juego de la botella para tener que besar a alguien. Pero lo que me duele es ver a Koko comerse a besos a esa aburrida rubia con la que compartimos clase.

Estoy cansada en no ser suficiente para él, no importa cuanto me esfuerce siempre voy a ser su segunda opción y el sexo seguro.

Ya no soporté verlos más y mejor me fui a mi tienda de campaña, algún día me acostumbrare a verlo con alguien que no sea yo.

Estaba tan perdida en mis pensamientos que no fijé por donde iba y terminé de culo sobre las ojas caidas y mojadas por las pequeñas gotas de lluvia que comenzaban a caer.

Me sentía tan irritada de que nada me pueda salir bien que ni me molesté en pararme y me puse las manos en la cara para tratar de tapar lo miserable que me siento.

-¿Estas cómoda?- me destapé la cara para ver a Seishu con la tenue luz de las farolas.

-Mucho ¿por qué no vienes a hacerme compañía?- palmeé es suelo al lado mío para que se sentara Inui -Aquí es más divertido que allá- señalé con la cabeza al lugar donde estaba la fogata y todos los adolescentes hormonales.

Se encogió de hombros y se sentó a mi lado, es más guapo de cerca ahora entiendo el porqué Koko se siente tan atraído a él y su difunta hermana.

-Nos vamos a enfermar- dijo mientras yo recargaba mi cabeza en su hombro -

-No me importa- Inui puso su mano detrás de mis hombros permitiéndome acercarme aún más a él -Esto es aburrido.

-Yo tampoco quería venir, pero ya estamos aquí, que más da.

Nos quedamos así en silencio, escuchando la respiración del otro y el cantar de los grillos.

¿Por qué Koko y yo no podemos ser así? Siempre hay gritos peleas y sentimientos escondidos de por medio, al menos de mi parte.

-¿Te gusta Koko?- vaya forma de romper el silencio.

-No, solo somos amigos- para mi muy mala suerte solo somos eso, amigos y nada más.

-Que mentirosa- me levanté de donde estaba y lo vi a la cara.

-Kokonoi no me gusta... puedo probarlo- eso lo digo para engañarme a mi misma y fingir que no me duele nada su indiferencia.

-Quiero ver.

Incliné mi cabeza un poco y me acerqué a Inui, tocando sus labios un poco con los míos, esperé que se quitara o que me dijera loca, pero tenía esa mirada estática de siempre.

-Ves, si Koko me gustara no te hubiera besado.

-Yo solo escucho excusas Naoko.

-Da igual, aunque me gustara él nunca me miraría de esa forma.

-Entonces si estas tan segura que tú no le gustas dudo que le importe que te bese- ¿Qué no le bastó con el pico que le di? Me agarró de la cara y esta vez fue él quien lo inició y no se parecía en nada a cómo lo hice yo.

Su lengua entraba a mi boca cómo si fuera la suya y un par de veces me mordió los labios de forma maliciosa.

Espero que le duela verme besar al chico que le gusta.

-¿Qué hacen?- me separé de Inui para ver la mandíbula apretada de Koko y la forma tan peculiar que tiene al mirar siempre que está molesto.

-Kokonoi vamos- la chica llegó detrás de él tomándolo de la mano -Ya arreglé todo.

No es nadie para molestarse, si me beso con Seishu no es de su incumbencia.

Ninguno de los dos se dignó a contestar y mejor me levanté del suelo para irme a mi tienda, Seishu me siguió para continuar besándonos en un lugar más privado que el frío bosque.

F E T I S HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora