C A P I T U L O 4 4

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Las cosas en Bonten se habían calmado un poco, mi hermana y amiga regresarían a mi casa y yo me quedaría aquí con ellos mientras mirábamos la forma de mudarnos todos juntos de manera permanente a otro lugar.

A mis esposos no les había encantado la idea de que yo estuviera trabajando pero de nada les serviría sus reclamos porque sabían mejor que nadie que yo no soy de la clase de mujer que le guste estar en casa, yo necesito trabajar para sentirme independiente.

Para apaciguar las aguas con ese tema dejé que Rindou me llevara y recogiera cómo mi esposo todos los días sin falta, para que los trabajadores en la estación de policías y en el área forense supieran que de nuevo era una mujer casada, por poco y me hacen enviarles un memorándum a toda la oficina diciendo que ya no estaba soltera.

Pero había una cosa que tenía que hacer antes de iniciar mi nueva vida cómo una esposa y necesitaba hacerlo para que mi matrimonio funcionara y eso era arreglar mi relación con Reiko, a ellos no les agrada que seamos amigas sabiendo que hay sentimientos de por medio de su parte y tampoco es justo para ella que le de alas sabiendo que yo no podré corresponderle.

-Rei ¿podemos hablar?- ella estaba empacando sus pocas pertenencias con las que había venido en su maleta.

-Dime- no me estaba prestando la misma atención que antes y eso me molestaba.

-Oye quiero pedirte perdón por todo lo que ha sucedido entre nosotras- ¿Cómo mierda le dices a alguien que no estas interesado pero aún así quieres seguir siendo su amiga?

-¿Te refieres al sexo?- que manera más fácil de decirlo -No me importa Naoko porque yo también lo disfruté y sé que tú no me amas, ya hice las pases con eso- lo dijo con mucha naturalidad, tanto así cómo si dijera la lista de las cosas que tiene que ir a comprar al supermercado.

- Pero apesar de eso si te quiero y me preocupas Rei, no te quiero fuera de mi vida- ahora sé cómo se sintió Ran despues de que lo dejara al terminar el sexo.

-Tranquila- se encogió de hombros y continuo doblando su ropa - Siempre seremos amigas.

Su sonrisa parecía genuina y eso me tranquilizó, solo la tengo a ella cómo amiga y odiaría perderla, hasta me atrevería a decir que me partiría el corazón sacarla de mi vida.

Y sobre sacar a personas de mi vida lloré cómo una niña pequeña despues de que ambas se fueran, toda mi vida he vivido con mi hermana, ella me encubría en mis travesuras y yo la protegía. Mudarme lejos de Nyoko fue un shock emocional muy fuerte, porque aunque en un tiempo viví con Haruchiyo no duró muchos meses y esta vez será permanente porque al tener siete esposo no sé que tanto podré verla.

 Mudarme lejos de Nyoko fue un shock emocional muy fuerte, porque aunque en un tiempo viví con Haruchiyo no duró muchos meses y esta vez será permanente porque al tener siete esposo no sé que tanto podré verla

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No me gusta pelear con ellos porque siempre digo cosas de las que me arrepiento. Pero cuando vi a esa mujer coquetearle a Kakucho y que él se haya quitado el anillo realmente me enfureció y para empeorar las cosas alguien me envió una bebida mientras lo esperaba a que regresara del baño, hizo que se enojara y se le dejara ir a los golpes al pobre hombre.

Últimamente estoy muy sensible, todo me irrita y nada me gusta, salí con Kaku esperando que así se me levantaran los ánimos y que dejara de pensar en esa bolsa de farmacia en los más profundo de mi closet esperando a que le orine encima a la prueba de embarazo y sacarme de dudas, pero soy una cobarde que no se atreve siquiera a pensar en la posibilidad de estar esperando un bebé.

Yo lo culpé, él me culpó y todo el camino a la casa fueron gritos y reproches por parte de ambos, él me llamó zorra, yo le dije pito chico.

Pero todo se tornó aún más conflicto cuando le tiré una abofetada después de que me dijera que si tantas ganas tenía de que me pusiera el cuerno se iría a buscar a la mujer del bar.

Una cosa llevó a la otra y terminamos desnudandonos poniéndome contra la pared y él entre mis piernas cogiendome frente a la entrada de nuestra casa provisional.

-Eres mía Naoko... y yo soy tuyo- apenas me podía sostener de sus hombros por la fuerza que utilizaba pada entrar y salir de mi -Solo tus esposos te pueden tocar.

Mis maridos y también mi amante.

-ah~- yo era incapaz de guardar silencio o decir algo coherente, mejor me dejé llevar por sus caricias y besos, sintiendo todos los celos de Kakucho en mi cuerpo.

Mis piernas temblaban y mi estómago se contraía por la sensación del orgasmo acompañado del de Kakucho que dejó salir todo dentro de mi.

De alguna forma eso nos unía aún más, en definitiva el sexo por reconciliación dejó de ser mi favorito, ahora será el sexo por celos. Es más pasional y posesivo, justo cómo me gustan los hombres.

Nos besamos en lo que esperábamos a que nuestras respiraciones se tranquilizaran.

-Perdón por decirte pito chico, Kaku no era verdad- y vaya que no lo es porque es de los hombres mejor dotados con los que he estado.

-Solo respondiste a mi insulto Nao, no eres una zorra- con esa disculpa de ambos supongo que ya estábamos bien, cero reproches y adiós celos -Eres una esposa fantástica.

-¡Pero que mierda Naoko!- Nyoko había llegado de visita en el momento más inoportuno, mala idea darle una copia de la llave principal -Eso se hace en la cama.

Si la pobre supiera todos los lugares dónde hemos cogido se moriría de lo perturbada que está su hermanita. No sé quién estaba más rojo de la vergüenza si él o yo. Me aferré a sus hombros intentando esconderme en el cuerpo de Kaku.

Nyo siempre fue consciente de mi vida sexual activa, pero una cosa era que yo se lo contara y otra muy diferente que lo viera en vivo y a todo color.

-Regresaré mañana, solo asegúrate de traer ropa Naoko- por ir con los ojos cerrados por poco y se estampa contra la pared.

Para quitarme la humillación de encima me fui a duchar con la esperanza de que el agua se llevara ese momento tan bochornoso de mi vida, no podré verla a la cara despues de eso y mucho menos Kakucho que siempre se porta cómo un caballero cuando estamos con ella.

Estaba sola en casa porque Mikey le llamó pidiendo que fuera a verlo a unos de los edificios de Bonten. Cunado se trata de su mafia prefiero no meterme en nada.

El ansia me comía viva y mejor decidí usar el aparatejo de una vez por todas, salí de la tina y saqué la bolsa envuelta en una toalla, abrí la cajita de cartón siguiendo las instrucciones al pie de la letra sin saltarme ningún paso y poniendo suma atención a todo el texto.

Nunca me había hecho una de estas porque siempre he sido muy cuidadosa, usaba condón de los buenos, tomaba mi pastilla diaria de forma riguroso y casi obsesiva para evitar accidentes desafortunados y bueno ahora estaba en mi baño de la casa que comparto con mis esposos deseando que la maldita raya que indicaba negativo apareciera.

El tiempo es subjetivo porque justo ahora esos tres malditos minutos me parecían una eternidad, hasta que mi resultado se fue pintando en color azul.

F E T I S HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora