F E T I S H

C A P I T U L O 3 9

En definitiva voy a dejar el doctorado, estoy retomando mis relaciones y si quiero mantenerlas necesito deshacerme de eso para poder tener tiempo libre.

Fui a darme de baja a la escuela y el último lugar donde esperaba encontrarme a Kakucho era ahí, dando una conferencia sobre finanzas.

Por poco y no lo reconozco de no ser porque él me habló, había cambiado muchísimo más que el resto, estaba más alto, el cabello ya no lo tenía a rapa y ahora su presencia imponía sobre todos.

Parecía que las mujeres casi se le lanzaban encima e hicieron mala cara cuando me saludó de beso en la mejilla.

Un pequeño cosquilleo se instaló en mi vientre y no sabía cómo sentirme con eso, soy bastante consiente del poder que Kakucho tiene sobre mi.

No sé cómo sucedieron las cosas, pero entre platicas, coqueteos y besos ya estábamos en el baño tan cerca el uno del otro cómo podíamos.

¿Cuándo se volvió tan sexi Kakucho?

Yo estaba embobada en su rostro tan varonil y pérdida en el olor de su colonia mezclada con el aroma del tabaco, simplemente irresistible.

Su mano se metió debajo de mi vestido, tocándome sobre la tela de encaje de las bragas y arrancándome leves suspiros de placer.

-Toca con confianza Kakucho- nunca he rogado por sexo pero si él sigue jugando conmigo de esa forma me veré obligada a hacerlo.

Uno de sus dedos pasó entre mis labios íntimos y al menor de los roces con el pequeño punto de placer me agité y abrí mis piernas en busca de más contacto.

-¿Por qué siempre termino regresando a ti Naoko?- otro de sus gruesos dedos tocaba mi entrada y la acariciaba a la par que mi clitoris -Tantas mujeres allá afuera y yo sigo perdidamente enamorado de ti.

Sus palabras eran dulces y tiernas pero las cosas que hacía su mano entre mis piernas era lo más sucio y vulgar que me pueden hacer en un lugar semipúblico.

-Kaku... ah~ por favor cógeme- soy pésima expresándome con palabras pero con acciones soy perfectamente capaz de decirle cuanto lo amo y deseo con mi cuerpo.

Me agarró de los muslos elevándome del suelo y poniéndome sobre el frío lavamanos, en lo que él seguía acariciándome yo le quité el pantalón sacándole el pene y listo para sentirlo dentro de mi.

-Estas muy apretada y eso que es solo mi dedo ¿Cómo se sentirá si te la meto?

-No hables tanto Kakucho- sus dedos salieron de mi interior y se los llevó a la boca para lamer los líquidos que había dejado en ellos debido a su estupendo trabajo manual.

Acercó la punta y la metió sólo un poco, dejando que mi interior se acostumbrara a su tamaño pero esos segundos se me hicieron eternos, yo esperaba que siguiera metiéndola pero en cambio lo sacó por completo de mi cuerpo.

-No- dijo tajante y metiendo la erección de regreso en sus pantalones.

Estaba más que confundida, me dejó en un estado de excitación y desconcierto ante su repentina negativa.

-¿Qué, por qué no?- pero ya me calentó.

-Por mucho que te desee vamos a hacer esto lento, la última vez que te vi me dejaste.

-Kakucho no estés jugando y ya follame- abrí aún más las piernas esperando a que volviera a hacer lo que mejor se nos da.

-Linda, te amo pero si vamos a regresar necesitamos asegurarnos que esto vaya a funcionar.

Ahora siento lo que le hice a Ran, mi karma me llegó y no puedo negarme si quiero regresar con Kaku.

-Bien pero creo que eres muy cruel amor.