C A P I T U L O 2 5

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Nyoko había hecho un estupendo trabajo maquillandome y haciéndome un lindo peinado, colocando el velo de Suki.

El vestido que terminé escogiendo era uno de tirantes con escote en V y con una abertura en la pierna derecha, enseñaba piel pero no mucha.

-Te ves muy bonita mi Nao.

-Gracias Suki- en cierta forma estaba muy feliz por mi boda, amo a Sanzu por lo que no suena tan mal despertar con él todos los días entre sus brazos -Las voy a extrañar mucho.

No es cómo que ya no las vaya a ver, pero no será cómo antes porque no viviré más con ellas, mi única familia.

-Nao, ya está todo listo, vamos- Nyo me dio el pequeño ramo que llevaría, había decidio que le pusieran una rosa representando el color de mis novios -Espero que seas muy feliz.

Odio esto, su mirada delata que se siente muy culpable, que me case con él no significa que voy a encadenarme a un solo hombre, mi matrimonio será más que nada una fachada en caso de que pueda necesitarlo.

-Suki ¿puedes dejarnos solas?- quiero dejarle en claro a mi hermana que ni lo hago por ella.

-Claro mis niñas.

Mi abuela salió cerrando la puerta detrás de ella y esperé un momento para estar completamente segura que no nos escucharan.

-No te sientas mal.

-Pero es mi culpa Nao, sé que no te quieres casar y ahora tú...

-Yo lo maté, yo fui quien lo apuñaló ¡carajo! tú estás libre de culpa Nyoko... y si me lo preguntas Sanzu no es mi primera opción para esposo pero lo amo y voy a hacer que mi jodido matrimonio funcione.

-¿Tú eres feliz con él?

-Por supuesto que si, es atento, romántico, me consiente y me ama... estoy dispuesta a compartir mi vida con él.

Espero que con eso se quede más tranquila, mi matrimonio no fue algo que yo haya querido pero tampoco me desagrada la idea de casarme con alguien que me ayudó a encubrir un asesinato, no todos hacen eso, que más prueba de amor quiero de parte de él.

-Vamos Nyo, que me tengo que casar.

Salimos al pequeño jardín para comenzar con la ceremonia, esperé a que los pocos invitados tomarán su lugar y la música nupcial sonó para dar a entender que la novia había llegado.

Caminé sola por el largo pasillo, viendo a Haru con el traje blanco y su cabello atado en una coleta, tengo más de una semana de no verlo y por eso me parece el doble de atractivo que antes.

Una pequeña flor rosada estaba en la solapa de su saco combinándo perfectamente con su cabello y los adornos florales, fue de lo poco que pude escoger de la boda.

Mi futuro esposo me recibió con un tierno beso en los labios.

-¿Te gusta?- le pregunté un tanto nerviosa, después de todo me arreglé para él con las cosas que le gusta verme.

-Nunca te has visto más bella que hoy mi reina.

Con su mano en mi cintura me atrajo a él y el juez dio inicio a la ceremonia.

Yo no dejaba de ver al lugar donde estaban mis demás novios, por la cara que traían supongo que no les parecía que me estuviera casando con alguien que no fueran ellos, pero ninguno tenía muchas opciones.

No puse demasiada atención a lo que decía el juez, solo contestaba sus preguntas y me perdía en mis pensamientos.

Nervios de novia supongo.

F E T I S HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora